La Alianza UPA-COAG  de Ávila ha denuncia el drama que está viviendo un ganadero de la provincia debido a los sucesivos ataques de lobos que está sufriendo su explotación en el término municipal de Sotalbo, hasta el punto de que calcula que ha perdido entre el 35-40% de los animales de su explotación por esta causa.

Son más de 30 animales vacunos los que han sido víctimas de los lobos en los últimos meses, y sobre los que en muchos casos no ha quedado rastro alguno, debido a la voracidad de los cánidos en primer lugar y posteriormente a la acción de los buitres.

La situación límite es absoluta dado que a día de hoy le resulta prácticamente inviable mantener su explotación

Esta circunstancia es doblemente gravosa para el ganadero afectado, que se ve impotente no solo por haber perdido animales de altísima calidad genética, incluso sementales por valor de 3.000 euros, sino por negársele indemnización alguna debido a que los agentes medioambientales no certifican muchos de los ataques de lobos al no quedar prueba física material del incidente.

La Alianza UPA-COAG de Ávila denuncia el drama y la desesperación de este ganadero que calcula que ha perdido entre el 35-40 % de los animales de su explotación. La situación límite en la que se encuentra es absoluta dado que a día de hoy le resulta prácticamente inviable mantener su explotación, con cargas económicas importantes como el  arrendamiento de una finca que debe asumir sin el valor de unos terneros que están siendo devorados por los lobos y posteriormente por los buitres.

Cabe recordar que la provincia de Ávila ocupa el primer puesto del ranking de lobadas y animales muertos, no solo a nivel regional sino a nivel nacional, siendo víctimas la mayor parte de ganaderos de extensivo de la provincia «como consecuencia de la expansión incontrolada de lobos que sufre este territorio».

Por eso, la Alianza UPA-COAG de Ávila hace un llamamiento desesperado a la Junta de Castilla y León para que se haga cargo de este drama y de la situación que sufren los ganaderos abulenses. «El destrozo que padecen las ganaderías de vacuno y ovino no puede convertirse en algo habitual, sin que se tomen medidas urgentes desde la administración competente. Los dramas y desastres personales que sufren muchos profesionales titulares de explotaciones familiares ganaderas de nuestra provincia no deberían caer en saco roto, y tendrían que ser motivo suficiente para que el Gobierno regional actuara de inmediato con un serio trabajo de controles poblaciones y de indemnizaciones directas en todos los casos y ajustadas al valor real de las pérdidas», aseguran desde la organización agraria.

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