Asimismo, consideró, a la vista de lo que algunos países auguran sobre la evolución futura de sus producciones, "hay que hacer una reflexión más profunda para poner en marcha instrumentos de regulación de mercado más potentes que puedan anticipar y paliar las consecuencias de una sobreproducción".

    "No tenemos que volver a las montañas de leche del pasado ni a las situaciones de máxima volatilidad de precios. El sector requiere precios estables, que retribuyan a los ganaderos y que permitan a la industria láctea tener un horizonte de competitividad razonable", señaló.

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