EFE.- Construido en 1683 en las marismas de la reserva de la biosfera de Urdaibai, "Portu Errota" se mueve gracias a la pleamar. Estos molinos de marea se comenzaron a edificar en la costa vasca en el siglo XVI, aunque en el norte de Europa se usaban desde el siglo XI.

El "Portu Errota" es el único que conserva la mayor parte de sus instalaciones originales, que están en uso, la estructura original del edificio y la turbina de piedra esculpida para la molienda.

También está catalogado como parte del patrimonio cultural de Euskadi, pero "lamentablemente se encuentra en grave peligro de derrumbe", ha explicado a Efe Jon Iturribarria, quien ha sido hasta ahora propietario del molino.

Los técnicos de conservación de la Diputación de Vizcaya le han advertido del peligro y le han instado a acometer las reformas necesarias para garantizar su mantenimiento.

Sin embargo, ha censurado Iturribarria, el Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino le niega el permiso para iniciar las obras de reforma aduciendo que, en aplicación de la Ley de Costas, ya no es el propietario legal del molino.

El edificio, que además de molino era baserri (caserío) y albergaba una cuadra para animales y una vivienda, presenta importantes desperfectos en su cubierta desde que en enero de 2009 un fuerte temporal afectó a esta comarca de Vizcaya.

Iturribarria ha relatado que su familia ha invertido "mucho dinero, tiempo y esfuerzo personal para conservar y mantener" este molino, que compró su padre en 1965 porque le recordaba la casa sobre el mar en la que él se había criado, cuando la familia vivía exiliada en Francia.

"Voy a seguir luchando por conservar la herencia de mi familia porque éste molino es único en el mundo y desde hace más de trescientos años es parte de la historia de este entorno, que es un paraíso natural", se ha propuesto Jon Iturribarria, que lleva años litigando para que este monumento no se pierda.

Todavía "de vez en cuando, la familia disfruta" cuando lo usan para moler maíz y con su harina hacen talo (torta tradicional de la cocina vasca) "como hace siglos".

Junto al molino, media docena de caseríos de piedra de los siglos XVII y XVIII, además de la ermita románica de San Lorenzo, evidencian que el municipio de Arteaga conserva su carácter rural y bucólico y, por eso, Jon Iturribarria ha pedido que le dejen arreglar su molino, que "es parte destacada de este paraíso".

Sobre la ría, en el corazón de Urdaibai, a escasos kilómetros del mar, en una comarca con gran atractivo turístico, el molino de los Iturribarria "reclama su derecho a ser conservado" y a permanecer para ser abierto a los que quieran visitarlo, pero si le dejan arreglarlo.

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