De esta forma, se confirma que los productos catalanes envasados destinados al consumidor final no contienen carne de caballo no declarada en la etiqueta o embalaje.

      Estos controles se intensificaron después de que se detectaran en diversos países, entre ellos España, la utilización de carne de equino mezclada con la de vacuno, lo que provocó no sólo un aumento de la preocupación de los usuarios (con un informe polémico de una asociación de consumidores por medio) sino de la propia UE, que determinó que se incrementaran los controles en todos los paises.

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