EFE.- El aniversario del que conforma el decimoquinto Parque Nacional de la red de espacios con la máxima protección medioambiental que hay en España, coincide con la tramitación en el Parlamento de una polémica ley que marcará el futuro de los mismos.

El proyecto impulsado por el Gobierno, que persigue una mayor coordinación y permite la intervención del Estado en caso de catástrofes, abrirá la puerta a determinadas actividades de ocio, concretamente en Guadarrama al vuelo sin motor, lo que provoca el rechazo de ONG y oposición.

Esta joya de la naturaleza fue apadrinada el pasado año por los hoy Reyes de España, Don Felipe y Doña Letizia, que lo visitaron unos días después de que se convirtiera formalmente en parque nacional, esto es el día 27 de junio, que fue cuando entró formalmente en vigor la ley que lo declaraba parque nacional.

Para el secretario de Estado de Medio Ambiente, Federico Ramos, su declaración es la constatación de que ese paraje «requería la más alta protección» y supone un reconocimiento a todos los que durante años apostaron porque hubiera un Parque Nacional en Guadarrama.

En declaraciones a Efeverde, Ramos ha considerado que a una sociedad avanzada se la reconoce por como cuida su naturaleza y este parque representa «todo lo bueno que podemos hacer uniendo fuerzas», la de las comunidades autónomas de Madrid y Castilla y León, junto con el apoyo del Gobierno a través del Organismo Autónomo Parques Nacionales.

A su juicio es la mejor herencia que podemos dejarle a las generaciones futuras y España tiene un tesoro medioambiental formado por 15 parques nacionales, «con los que tenemos un serio compromiso y a los que esperemos en breve sumar otros nuevos».

Abedules, acebos, avellanos, narcisos, robles, rosales silvestres, sauces, y sobre todo pinos, cubren este espacio en el que están presentes el 40 por ciento de las especies de anfibios y reptiles de España, el 39 por ciento de las aves y casi el 50 por ciento de los mamíferos.

Entre esa fauna destaca la presencia de especies como el águila imperial o la cigüeña negra -ambas en peligro de extinción-, la nutria, el corzo, la cabra montés, la rana patilarga, el sapo portero, el tritón jaspeado o las musarañas.

A diferencia y en contraste con otros parques, donde la ordenación del territorio ha avanzado condicionada por las propias restricciones que impone la protección de un espacio con un importante valor natural, la histórica presencia humana ha condicionado su actual configuración.

Asentamientos humanos, carreteras, tendidos, infraestructuras turísticas o de telecomunicaciones forman parte del paisaje del parque de Guadarrama o de la zona periférica de protección que lo rodea, que incluye pistas de esquí (Navacerrada o Valdesquí) o el complejo de antenas de la Bola del Mundo, en el Alto de las Guarramillas, que quedarán «encapsuladas».

Las más de 33.960 hectáreas que lo integran hacen que sea el quinto más extenso de España -superado sólo por los de Sierra Nevada, Picos de Europa, Doñana y Cabañeros-.

El parque incluye además los Sitios Naturales de Interés Nacional de la Cumbre, el Circo y las Lagunas de Peñalara y de La Pedriza del Manzanares, áreas singulares y populares como la cumbre de los Siete Picos.

En sus inmediaciones o a pocos kilómetros se encuentran lugares de interés histórico y cultural como el Palacio Real de La Granja de San Ildefonso, el Monasterio de Santa María de El Paular o el Castillo de los Mendoza (Manzanares el Real), una de las fortalezas medievales mejor conservada de España.

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