Ha culpado asimismo al anterior gobierno socialista de derogar el trasvase del Ebro con "alevosía y nocturnidad", así como de propiciar la "muerte" del trasvase del Tajo-Segura con la "cláusula Narbona", y ha defendido que el PP "ha acabado con 25 años de conflicto".

    Para la diputada socialista Vicenta Crespo, el acuerdo sobre el trasvase "es de mínimos", y ha lamentado que el president de la Generalitat, Alberto Fabra, "una vez más no haya sabido alzar la voz y defender los intereses históricos de la Comunitat".

    En su opinión, se trata de "otra manipulación" y el trasvase "no está garantizado", por lo que se ha manifestado en contra de la propuesta del PP.

    Crespo ha criticado por último el discurso "triunfalista" de los populares, y les ha acusado de "mentir" sobre las reservas de cabecera y de caudal, y de "insultar a los alicantinos".

    La diputada de Compromís, Mireia Mollà, por su parte, ha calificado dicho acuerdo como "una maniobra" de la presidenta de Castilla-La Mancha, María Dolores de Cospedal, y ha lamentado que la Generalitat haya "cedido" sobre la reserva mínima garantizada.

    Según Mollà, el PP quiere seguir usando el agua como una herramienta "partidista para separar, confundir, engañar y utilizar los intereses de los ciudadanos en su provecho", y ha lamentado que se haya perdido la oportunidad de "garantizar la paz del agua".

    Para el diputado de Esquerra Unida, Lluis Torró, el acuerdo sobre el trasvase es "un despropósito, una tomadura de pelo que ya veremos si la Unión Europea aceptará", ya que "no introduce criterios de racionalidad de la cuenca del Tajo".

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