Si hace un año aún había que presentar al Rioja como el "Burdeos español", ahora los asistentes saben de qué se habla y se interesan por diferenciar un Rioja envejecido en roble francés o americano.

    También se ve el progreso en las exportaciones a China, que es ya el séptimo mercado internacional del Rioja: crecieron un 38 % en 2012, hasta un récord de 2,42 millones de litros.

    Todo a pesar de que las importaciones chinas de vino aumentaron sólo un 15 % en 2012, tras haber estado creciendo en torno a un 50 % en los años anteriores, ya que muchos importadores no profesionales que se habían lanzado al negocio del vino sin tener redes de distribución se empiezan a retirar ahora.

    Aun así, China se está convirtiendo en un mercado estratégico para el Rioja, ya que, "contando con que crezcan todos sus mercados, probablemente dentro de dos o tres años China será ya su quinto comprador", dijo a Efe José Manuel Chicot, director de la agencia de comunicación del Consejo Regulador en China, la consultora Argos.

    De esta manera, China, que acaparó el año pasado el 2,5 % de las ventas internacionales de las bodegas riojanas (que exportan ya el 40% de su producción), pasaría por delante de Suecia y Holanda, y sólo sería superada por mercados muy cultivados como Reino Unido (33 % en 2012), Alemania (19 %), EEUU (9,1 %) y Suiza (5,9 %).

    Este ritmo de rápido crecimiento indica que los productores de Rioja deberían seguir vendiendo a China "en serio y a largo plazo", dijo, aunque el Consejo "lo tiene muy claro" y se concentra en mantener el contacto con los importadores que ya tiene en las grandes ciudades del país y extenderse hacia el interior.

    Además ha puesto en marcha desde este año un programa de formación para especialistas y educadores en vino chinos, para que conozcan de primera mano el Rioja y puedan a su vez formar en sus escuelas en China a profesionales locales de distribución, hoteles de cinco estrellas y restaurantes a apreciar estos vinos únicos.

    "La característica más importante del Rioja es que es un vino tradicional, porque se mantiene más tiempo en la bodega, en la barrica y en la botella, se produce sin prisa, y no se vende hasta que está listo para consumir", lo que le hace muy atractivo para el público chino, destacó a Efe uno de los principales educadores de vinos de Shanghái, Lin Tienli.

    "No es como el Burdeos, que muchas veces aún está en el barril y ya se subasta y está vendido, aunque después de pagarlo tienes que esperar dos años para que esté embotellado, y luego otros 10 años hasta que está de verdad listo", explicó.

    "Siempre me gusta decir a mis estudiantes que, con otro vino, tal vez si te equivocas igual lo abres y te lo bebes demasiado pronto, pero con un Rioja nunca fallas, porque cuando lo compras ya está listo", resumió, lo que lo hace ideal para los nuevos consumidores chinos, en cuya cultura siempre es importante evitar "perder cara".

    A eso se suma su "buenísima relación calidad-precio", y que "su carácter es como se ve España en el cine o en el flamenco: tal vez no es tan elegante o preciso como una máquina, no es delicado como un reloj suizo, pero aunque sea un poco rústico, es romántico, conmueve, puedes sentir el calor de su corazón", dijo Lin.

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