Conagua.- Estas son algunas de las señales de alarma que incluye el nuevo estudio de la OCDE “Hacer Posible la Reforma de la Gestión del Agua en México” (Making Water Reform Happen in Mexico).

De acuerdo con este analisis, el aumento de la población mexicana aunado a los efectos del cambio climático hace aún más grave la situación, o que transforma la gestión del agua en México en un asunto de seguridad nacional.

México ha cumplido relativamente con los Objetivos de Desarrollo del Milenio concernientes al agua potable y el saneamiento, sin embargo este país deberá realizar mayores esfuerzos para asegurar que 40 millones de personas adicionales tengan acceso a estos servicios hacia el año 2030.

México no puede darse el lujo de continuar con la situación actual, ebe otorgar una prioridad máxima a las políticas de gestión de agua.

“México no puede darse el lujo de continuar con la situación actual”, dijo el Secretario General de la OCDE, Angel Gurría. “La Agenda del Agua 2030 ha dado un nuevo impulso para el cambio para diseñar e implementar políticas de efectivas, integrales y sostenibles. México debe otorgar una prioridad máxima a las políticas de gestión de agua, para aumentar la productividad y eficiencia en el manejo de este bien, así como alinearlas mejor, a nivel federal y de cuenca".

El informe destaca la gran cantidad de logros de México en este sector. Por ejemplo, la creación de un marco institucional bien desarrollado a nivel federal, estatal y de cuenca, así como la variedad de instrumentos económicos de que dispone para fomentar un uso racional de sus recursos hídricos, desde los cobros por extracción, hasta los mercados de agua. Además, el presupuesto de CONAGUA se triplicó entre 2000 y 2009, alcanzando 38,000 millones de pesos en 2011.

A pesar de estos logros, todavía queda mucho por hacer: la implementación de las políticas es desigual; los Consejos Mexicanos de Cuenca todavía no operan completamente después de 20 años de existencia; el marco regulatorio para el abastecimiento de agua y saneamiento está fragmentado, lo cual complica la admnistración eficiente de los recursos hídricos.
Además, los subsidios a la electricidad para extraer agua de riego alientan un consumo de agua irresponsable y perjudican a los agricultores y las comunidades locales, quienes más sufren cuando el agua se agota.

Estos subsidios ascendieron a 6,800 millones de pesos en 2010: nueve veces más que el financiamiento de infraestructura hidráulica.

Esto refleja una incongruencia de políticas públicas, que implica, por una parte, altos costos económicos, sociales y ambientales, y por la otra, un desperdicio sistemático de las escasas aguas subterráneas, así como una contaminación de acuíferos.

El estudio “Hacer Posible la Reforma de la Gestión del Agua en México” identifica los cuellos de botella del sector del agua en México y presenta buenas prácticas en países miembros y no miembros de la OCDE que pueden apoyar los esfuerzos del nuevo Gobierno de México para mejorar el manejo hídrico del país, como se estableció en el Pacto por México, firmado el 2 de diciembre de 2012.

El informe invita a México a construir su propio modelo de gobernabilidad con base en un análisis empírico.

Para hacer frente los retos futuros, dicho modelo debe contemplar políticas de gestión del agua más flexibles, marcos regulatorios más estables y más sólidos, y un mayor uso de instrumentos económicos e infraestructuras verdes.

El estudio concluye con un plan de implementación proponiendo pasos concretos, indicadores para supervisar los avances y ejemplos pertinentes de países miembros y no miembros de la OCDE a fin de hacer posible la reforma de la gestión del agua en México.

El Secretario General de la OCDE, Angel Gurría, el Secretario de Medio Ambiente de México, Juan José Guerra Abud, y el Director General de la Comisión Nacional del Agua, David Korenfeld, presentaron este estudio en la Ciudad de México el 8 de enero de 2013.

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