El dirigente gaditano de ASAJA, en una comperecencia en Jerez, ha dejado claro que existe un total descontrol con esta cuestión, "porque no se paga porque lo que se consume, sino por la reserva. Y esto es muy difícil de sustentarlo en el campo, por mucha inversión y tecnificación que se haya hecho en los últimos años".

    Para el presidente provincial de Cádiz,  se "trata de pagar lo que se consuma, porque la reserva de energía no se puede aplicar al campo porque puede significar su perdición", por lo que anunció el respaldo de su organziaión a las protestas convocadas para el día 26 en toda España para que el Gobierno cambie de actitud ante los regantes.

Campaña informativa en Extremadura

    Por su parte, las entidades extremeñas han iniciado una campaña informativa y reivindicativa, bajo el lema “El regadío agoniza. No al tarifazo eléctrico”, coincidiendo con la celebración de Agroexpo 2014 y con el objetivo de dar a conocer la situación que atraviesa el campo extremeño ante las sucesivas subidas de las tarifas eléctricas para regadío.

   Esta campaña consistirá en el reparto de unas pegatinas y carteles de protesta, para la difusión además de una tabla reivindicativa que entregarán en la Delegación del Gobierno tras la concentración que está convocada el próximo día 26 de febrero, en la que se contemplan medidas como la aplicación de un IVA reducido y de contratos por temporada.

    Regantes, cooperativas y organizaciones agrarias aseguran que la desaparición de las tarifas eléctricas específicas para regadíos en el año 2008, la entrada del mercado libre de energía y el incremento del precio de los peajes en la factura han supuesto un encarecimiento insoportable de la energía eléctrica en la agricultura de regadío.

   Además, señalan que el consumo eléctrico del regadío ha aumentado por la modernización de regadíos para ahorrar agua al pasar a sistemas de riego por presión y, por tanto, con coste energético (aspersión, riego localizado, etc.).

   Las sucesivas subidas del término de potencia acumulan un aumento superior al 1.000% en muchas zonas regables, según cálculos de los regantes, cooperativas y organizaciones agrarias, que señalan que los costes eléctricos representan actualmente más del 40% de los costes totales del agua de riego.

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