En Extremadura, productores de la Comunidad han asegurado a Efeagro que la multinacional les adquirió tomate por última vez en el año 2008 y que la cantidad que al final recibió Heinz fue de tan solo 650.075 kilos. Desde entonces, no les consta ningún contrato de esta industria con productores extremeños.

    En Andalucía, donde Heinz también ha comprado en el pasado, los agricultores coinciden en apuntar que la macro-operación no tendría que provocar cambios en la política de adquisición de materia prima a los tomateros del Bajo Guadalquivir, capital del "oro rojo".

    Fuentes cooperativas han remarcado que desconocen las intenciones de los compradores pero que una multinacional, sea quien sea su propietaria, operará en aquel lugar donde tengan mejor acceso a materia prima y a mano de obra.

    De momento, estas empresas tienen cierta tranquilidad, porque Heinz está renovando los contratos de aprovisionamiento con normalidad -insisten las fuentes- y, además, Heinz Ibérica figura entre las cinco filiales más rentables del grupo en Europa.

    Entre sus marcas, destaca la homónima Heinz y Orlando -popularmente conocida en España tras la exitosa campaña publicitaria "Cuate, aquí hay tomate"-, aunque en su portfolio hay mucho más que ketchup y salsas, como pueden ser los aliños para ensaladas, las mayonesas, las judías y los platos preparados.

    UPA afirma que "no apoya" el control de industrias alimentarias por parte de grandes grupos de capital, "alejados del mundo rural", que habitualmente "suelen valorar sus inversiones únicamente en términos económicos", sin ser conscientes de "cómo se configura el tejido rural de un país como España y las relaciones que se establecen entre productores, industrias y demás grupos sociales".

    "Las industrias alimentarias deben estar también lo más cerca posible del propio medio rural en el que se generan sus materias primas, y no a miles de kilómetros de distancia en un despacho de una gran metrópolis", añaden fuentes de la organización agraria.

    UPA pide a los nuevos propietarios de Heinz que apuesten por la calidad y la seguridad de las producciones locales y que se acerquen al medio rural "para ser conocedores de cómo se configura el sistema productivo que les permite seguir adelante con su actividad".

    Desde la Unión de Agricultores y Ganaderos de La Rioja (UAGR) confían en que la nueva propiedad de la empresa se esfuerce en formalizar contratos con agricultores riojanos para su suministro de tomate a un precio que esté por encima de los costes de producción.

    Calculan que Heinz Ibérica produce en su fábrica de Alfaro unas 75.000 toneladas, aunque sospechan que "la materia prima no proviene de las huertas riojanas" en su mayoría, aseguran a Efeagro.

    Según sus estadísticas, la producción de tomate en La Rioja, que tuvo gran importancia hace años, ha quedado como algo "testimonial" y, de las 1.537 hectáreas sembradas en 1990 apenas persisten 200.

    Desde Ehne, Ignacio Gil ha recordado que el riesgo de deslocalización en el ámbito agroalimentario es alto, como ha ocurrido en el espárrago, del que llegó a haber 12.000 hectáreas, pero que ahora se cultiva y envasa en Perú o China, aunque se sigue comercializando desde compañías de la Comunidad Foral.

   "Si la firma norteamericana apuesta por la producción local, nos alegraremos y sería valorado por nosotros, pero mucho nos tememos que se enfocarán hacia ventas a la gran distribución", con la consiguiente presión a la baja sobre los precios a los granjeros, incluso por debajo del nivel de rentabilidad, explica a Efeagro.

    En Navarra, afirma Gil, el cultivo también ha retrocedido en los últimos años, como en Aragón o Rioja, aunque siguen operando compañías fuertes como IAN (Industrias Alimentarias de Navarra), que cuenta con una central propia de procesado de tomate y derivados.

   Fundada en 1869, Heinz emplea a unos 32.000 personas en todo el mundo y tiene centros de producción en más de cincuenta países, incluidas instalaciones en Madrid y Alfaro (La Rioja).

   Durante el año 2012, la multinacional Heinz registró un beneficio neto de 923 millones de dólares (688 millones de euros) a partir de unas ventas de 11.650 millones de dólares (868.400 millones de euros).

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