EFE.- Los fuertes vientos que azotaron ayer la provincia de Lleida causaron numerosos daños aún por cuantificar en zonas agrícolas, sobre todo de la comarca del Segrià, donde las intensas rachas, de hasta 80 kilómetros por hora, afectaron a los cultivos de pera, a punto para su recolección.

El director general de Agricultura de la Generalitat, Miquel Molins, ha visitado esta mañana, acompañado de la directora de la conselleria en Lleida, Cristina Bosch, diversas explotaciones leridanas para valorar los daños causados por el vendaval.

El departamento que dirige Josep María Pelegrí se ha puesto también en contacto con Agroseguro, la entidad que gestiona el sistema de seguros agrarios, aunque por ahora no han recibido ninguna solicitud de payeses afectados por el episodio de viento.

"Cuando reciban las solicitudes los peritos de Agroseguro saldrán al campo a valorar los daños", ha explicado Molins, que ha precisado que las afectaciones se han concentrado, principalmente, en la zona del Baix Segrià, en municipios como Soses, Aitona, pero también en la Horta de Lleida y en localidades situadas al norte de la capital, como Benavent de Segrià.

El cultivo de pera ha sido el que más ha sufrido las consecuencias del vendaval, ya que esta fruta está a punto de ser recolectada y por lo tanto pesa más y es más sensible a caer del árbol al suelo.

"En algunas zonas se habla de una afectación del 40 o 50 por ciento, aunque aún se tiene que peritar", ha indicado el director general de la Asociación Empresarial de Fruta de Cataluña (Afrucat), Manel Simón.

Molins ha recordado que Agroseguro solamente cubre los daños superiores al 30% de la plantación, por lo que habrá que valorar cuidadosamente cada caso para determinar si esta entidad se hace cargo o no de las pérdidas.

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