La Confederación de Empresarios de Andalucía ha dado un toque de alerta muy significativo sobre qué se puede estar haciendo mal con el aceite de oliva a nivel español. Y es que el desconocimiento que existe sobre el virgen extra, al que se le atribuye que aporta los mismos efectos para la salud que el de oliva convencional o que ambas categorías son de igual calidad excepto por el sabor, está provocando que los consumidores españoles apuesten más por el convencional por el precio que por su calidad. Quizás se debería dar un paso atrás en la promoción del aceite, dejar de mirar al mercado exterior y empezar a centrar el foco en el mercado interior, donde está claro que aún falta mucha cultura oleica. Quizás sea necesario ‘vender’ (y no sólo comercialmente sino cultural e informativamente) más aceite virgen extra en España que fuera.

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