EFE.- Según explica a Efeagro, hace unos años a través de la familia de su pareja comenzó a conocer los aceites del Somontano, zona oleica bastante desconocida, pero con gran número de variedades autóctonas únicas como la Verdeña, la Alquezrana, la Royeta de Asque…

«Tras unas catas de estas variedades nos decidimos a dar el salto y preparar nuestro propio aceite, hacer nuestra propia marca», Alía, monovarietal de Verdeña procedente de olivos centenarios, añade Fernández Sanguino, quien se define como «un enamorado» del aceite.

En cuanto al empaquetado, comenta que el poeta Jacetano Ferrer Lerin escribió para las botellas de este aceite un pequeño texto que inspiró al diseñador oscense Javier Garanto para crear una etiqueta en forma de ojo invertido formada por una hoja de olivo y una oliva.

Según lo describe, es un aceite suave y afrutado, «perfecto» para tomar en crudo acompañando a pescados, verduras o ensaladas.

P.- ¿Qué bazas tiene este aceite para triunfar en el mercado?

R.- Puede triunfar por varios motivos, el principal es por el resultado del producto en sí. Se trata de una edición de tan solo 800 botellas y esto ha permitido cuidar todos los detalles, desde los olivos elegidos hasta el diseño de la botella. En un mercado con mucha competencia, hay que diferenciarse con algo especial y único.

P.- ¿Qué destacaría de este carácter distintivo?

R.- Es un aceite de recolección muy temprana y a mano de olivos centenarios de una variedad única en peligro de extinción, que solo crece en el Somontano de Barbastro, la Verdeña. Se ha cuidado toda la trazabilidad para hacer un aceite sin ningún defecto, suave, afrutado, con un sabor a hierbas y campo que lo hace diferente.

P.- ¿Qué características tiene «el terruño»?

R.- La finca está en Estadilla (Huesca), con cuatro hectáreas de olivos centenarios. Es el primer año de andadura de un proyecto casi altruista. No nos dedicamos a esto profesionalmente, sino como un hobby que nos consume todo el tiempo. Somos apasionados del aceite, del buen aceite, y nos gustaría transmitir las maravillosas variedades que tenemos en el Somontano, desconocidas pero con valor incalculable.

P.- ¿En qué mercados incidirán?

R.- Hemos empezado con el mercado local (Barbastro,Jaca);luego nacional con varios puntos en Madrid, Barcelona, Valladolid y Oviedo, y actualmente estamos introduciéndonos en Francia (Biarritz y Bayona). El cliente francés es muy exigente y sabe valorar estos productos. Bélgica es otra de nuestras metas, así como Holanda y Austria.

P.- ¿A qué canales de distribución se dirigen?

R.- Al tener una poca producción nos podemos permitir incluso elegir los puntos de venta. Hemos hecho una prospección de pequeñas tiendas gourmet y hemos encontrado sitios maravillosos. Estamos intentando entrar también en restaurantes que sean tan especiales como el producto. La idea es dar y que nos den valor.

P.- ¿Qué perspectivas en ventas tienen en España?

R.- No son malas pese a la crisis, pero sí que notamos una mayor dificultad a la hora de introducir un producto en cualquier comercio o tienda española con respecto al extranjero. Pese a ser el mayor productor de aceite del mundo, en este país no se tiene una conciencia del aceite de calidad. Lo comparamos con el vino, hay vinos de muchos precios y calidades, y con el aceite pasa lo mismo, esto es lo que el consumidor debe entender, que no todos los aceites son iguales.

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