EFE.- La provincia de Salamanca se ha unido, así, al proyecto de cotos micológicos que se inició en 2003 en la provincia de Soria y al que le siguieron en 2010 las provincias de Ávila, Burgos, Segovia y Valladolid.

Además, en esta temporada también se han incorporado la propuesta de Myasrc para la regulación de la recogida de hongos en los montes de utilidad públicas las comarcas zamoranas de Sanabria y Aliste.

La zona salmantina de El Rebollar, en el suroeste de la provincia y limítrofe con Portugal y el norte de Cáceres, es uno de los lugares más demandados por los aficionados a la micología, que acuden en primavera y otoño a recolectar setas comestibles de variedades como boletos, níscalos, la seta carbonera o la chantarela.

En el entorno de El Rebollar, en el municipio de Navasfrías, se encuentra la única empresa salmantina con licencia administrativa para la comercialización de setas comestibles.

Su dueño, Florencio Ramos, ha explicado a EFE que "la regulación de la recogida de hongos es imprescindible para que en cinco o diez años no se acaben".

A juicio de Ramos "con este tipo de regulaciones gana todo el mundo, ya que hay un control sanitario que siempre será beneficioso".

El proyecto de los cotos micológicos es necesario, según los aficionados y recolectores que comercializan las setas, ya que, de lo contrario, un abuso en la recolección provoca que no se regeneren las zonas donde hay abundantes hongos comestibles.

Sin embargo, este año es uno de los peores que recuerdan los micólogos, debido a que en los primeros quince días de octubre ha hecho mucho calor y no ha llovido nada "motivo por el que es imposible que nazcan los hongos", según Florencio Ramos.

Los expertos creen que la temporada de otoño, donde el mejor mes para las setas es octubre, podría estar casi concluida ya que "aunque llueva en los próximos días luego bajarán las temperaturas y no nacen las setas", ha argumentado Ramos.

En la zona de El Rebollar se han adherido al proyecto de regulación de recogida de hongos un total de once pueblos, mientras que en la Sierra de Francia los han hecho veinticuatro.

Sin embargo, las zonas privadas no estarán reguladas y sólo se aplicará esta nueva normativa en los montes públicos.

Desde el día 15, los que pretendan recolectar setas en estos bosques tendrán que sacarse un permiso que, en el caso de los habitantes de la zona les supondrá un coste de tres euros anuales para fines recreativos y veinte euros para fines comerciales.

Un recolector con fines comerciales que no sea de la provincia de Salamanca tendrá que pagar por la licencia de temporada 400 euros.

Para la expedición de estos carnés, el proyecto Myasrc ha habilitado un total de 75 puntos (establecimientos comerciales y ayuntamientos) en las zonas de El Rebollar y la Sierra de Francia.

Un recolector con fines comerciales no tiene límite de kilos, mientras que si el recolector tiene fines recreativos podrá recoger un máximo de cinco kilos de hongos.

Para el control del cumplimiento de esta iniciativa, el proyecto Myasrc ha formado a varios guardas que vigilarán las zonas acotadas, que está delimitadas mediante unos carteles informadores.

Además, los agentes medioambientales de la Junta de Castilla y León también colaborarán a la hora de informar a los recolectores.

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