Este avance ha permitido que se pueda donar buitres negros a otros países de Europa. La recuperación del buitre negro en España se debe fundamentalmente a la aplicación por parte de las Administraciones de medidas destinadas a reducir su mortalidad no natural y al reciente cambio en la legislación que ha introducido la posibilidad de destinar los cadáveres de ganado a la alimentación de los buitres. 

    Se trata de una especie emblemática del medio natural mediterráneo, que presta importantes servicios ambientales y sanitarios gracias a sus costumbres carroñeras.

Conservar la biodiversidad

    Las autoridades y organizaciones francesas responsables del desarrollo del Plan Nacional de Acción para el buitre negro en este país solicitaron la colaboración del MAGRAMA para continuar y asegurar el éxito de las acciones iniciadas en 2004 en los Alpes meridionales franceses.

    Su objetivo es establecer sendos núcleos de reproducción que permitan avanzar en la conexión de las poblaciones europeas y se trata de una acción prioritaria en el marco de los programas de conservación de la biodiversidad francesa.

    Todas estas iniciativas se han podido desarrollar gracias a la colaboración de administraciones y entidades españolas, que han donado individuos procedentes de centros de recuperación, una vez rehabilitados. Así, hasta la fecha, han sido más de 30 ejemplares los que se han trasladado desde España a Francia estos últimos 20 años.

   En este sentido, y en el marco de la colaboración bilateral entre ambos países  para la recuperación de especies amenazadas, se pusieron en marcha los mecanismos para ceder individuos juveniles de buitre negro que ingresaran en centros de recuperación oficiales y cuya supervivencia en el medio natural fuera viable.

Participación de Extremadura y Andalucía en la iniciativa

   Las Comunidades Autónomas de Extremadura y Andalucía han contribuido con una primera donación de seis ejemplares, a los que podrían sumarse a corto plazo otros procedentes de Cantabria o Castilla y León.

    En el conjunto del país, las poblaciones de buitre negro presentan una tendencia general positiva, lo que permite colaborar con iniciativas de conservación fuera de su área de distribución natural reciente.

    Los trabajos de protección del hábitat, de evaluación y resolución de amenazas y de estudio y gestión de los recursos tróficos han sido pioneros en nuestro país, y un ejemplo para los problemas similares que se registran en otros territorios.

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