COAG Andalucía denuncia que existe una “guerra comercial” contra la patata temprana de nuestra comunidad. Este viernes en Bruselas se celebra una votación que puede tener importantes consecuencias para las comarcas productoras, hasta el punto de acabar con las exportaciones de patata andaluza al resto de países comunitarios después de que la Oficina Alimentaria y Veterinaria anunciara su intención de incluir a esta CCAA en el listado comunitario de organismos de cuarentena el Epitrix papa.

Según denuncia COAG, «el asunto parece decidido, a pesar de los endebles argumentos que lo sustentan». Hasta el momento, se han inspeccionado 254 parcelas en esta comunidad, que abarcan una superficie de unas 1.274 hectáreas, y sólo se han detectado 8 muestras con síntomas y 2 adultos en las zonas demarcadas.

 Sin embargo, los inspectores de la Oficina Alimentaria y Veterinaria (Food and Veterinary Office, perteneciente a la Dirección General de Salud y Seguridad Alimentaria de la Comisión Europea), que visitaron recientemente varias las explotaciones de patata andaluza, anunciaron su intención de incluir a esta CCAA en el listado comunitario de organismos de cuarentena el Epitrix papa.

Este veto a la pata andaluza afectaría a 50.000 hectáreas y obligaría a unas medidas extremas para poder comercializarlas

La inclusión del Epitrix papa en el listado implicaría que la zona denominada de erradicación se ampliaría de 100 metros a 1 kilómetro alrededor de las parcelas con presencia detectada, y la zona de control subiría de 1 a 3 kilómetros. Alrededor de 50.000 hectáreas se verían afectadas y sería obligatorio que las patatas producidas en ellas fueran lavadas y cepilladas para poder ser comercializadas.

En la práctica, esto las convierte en inviables para la exportación (aumentan los costes y se reduce drásticamente la vida del producto, de 2 meses a 7 días), por lo que esa superficie quedaría descartada para la siembra de patata.

PATATA ANDALUCIA COAG 1Para COAG Andalucía, la posición de los responsables de la OAV «es desproporcionada, por la escasa presencia del organismo y por el tipo de daño, exclusivamente estético, que provoca en la patata temprana».

Por eso defeinde que «debería hacerse un análisis exhaustivo para determinar la presencia real y los riesgos de propagación a los países del Norte de Europa. Y, en todo caso, optar por alternativas de control menos perjudiciales para los productores, tales como el lavado y cepillado en destino, pasar por un ciclo de frío antes de la comercialización, etc.».

la medida no sólo hunde al sector, sino que abre la puerta del mercado a la patata francesa de menor calidad

Se da la circunstancia de que la patata temprana y extratemprana andaluza es un producto muy valorado en el mercado europeo, por su gran calidad y excelentes propiedades. «Manchar su imagen supone un gran beneficio para otras variedades de patata, que verían así una oportunidad para cubrir el hueco en el mercado», critica la organización.

Es el caso de la patata de conservación francesa, cuya abrumadora presencia en los lineales ya ha denunciado COAG en diversas ocasiones. Se trata de una patata de menor calidad, que suele llevar más de 6 meses almacenadas a 4 grados de temperatura y que ha sido tratada con agentes químicos para evitar que germine. El frío provoca una mayor concentración de almidón que se transforma en azúcar, aumentando la aportación calórica y haciendo que al freír, suban los niveles de acrilamida, sustancia cancerígena.

La estrategia comercial de las grandes distribuidoras coloca masivamente y a menor precio esta patata, perjudicando al producto autóctono, la patata fresca de temporada y tirando su precio. En la última década, la superficie de siembra de patata se ha reducido en España más de un 25%, mientras las importaciones de patata vieja francesa no dejan de incrementarse.

Por todo ello, COAG Andalucía pide al Ministerio de Agricultura mayor contundencia en su defensa de los intereses del sector, elevando el tono de su discurso ante el resto de países.

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