EFE.- El estudio, publicado por la prestigiosa revisa «Marine Environmental Research», ha analizado las respuestas bioquímicas y fisiológicas de los mejillones silvestres, no comercializables, detalla el IEO en un comunicado.

Esta especie es un animal modelo en estudios sobre contaminación debido a que es un organismo sésil, filtrador y ubicuo, que tiene capacidad para acumular concentraciones elevadas de contaminantes.

La aplicación de técnicas biológicas y análisis químicos permitió identificar sitios contaminados y cuantificar el nivel de toxicidad.

Se encontraron niveles elevados de contaminantes en poblaciones de mejillón ubicadas cerca de las principales ciudades y zonas industrializadas y, en general, las concentraciones promedio fueron mayores en la zona del Cantábrico.

Además, los científicos identificaron metales traza -como el mercurio y el plomo- y contaminantes orgánicos -como los bifenilos policlorados, los pesticidas organoclorados y los éteres de bifenilos polibromados-, como responsables, al menos en parte, de la toxicidad observada en las poblaciones de mejillón.

Estos datos contribuyen a establecer un nexo entre la presencia de contaminantes químicos y los efectos nocivos en los ecosistemas marinos, explica Juan Bellas, autor principal del trabajo.

Sin embargo, la alteración de las respuestas biológicas provocadas por los contaminantes parece estar enmascarada por variables biológicas como la edad y la condición del mejillón, que tienen un efecto sobre la respuesta de los mejillones a la contaminación, según apunta Bellas.

Como conclusión general, los autores ponen de manifiesto que, para una correcta evaluación de la contaminación marina, se necesita incorporar el análisis de otras variables ambientales en este tipo de estudios y que las respuestas a la contaminación deben ser examinadas en un amplio rango de condiciones ambientales.

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