La Asociación de Comunidades de Regantes de Andalucía, Feragua, ha reclamado en la Comisión de Desembalse de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG) que se desarrollen medidas para mejorar la regulación de la cuenca con el fin de evitar inundaciones como las que se han producido en varias zonas y municipios con las lluvias caídas durante este otoño, y obtener una mayor garantía de los recursos hídricos. Es por ello por lo que ha solicitado que se apueste por una política de aumento de la regulación con la construcción de grandes presas que sean sostenibles medioambientalmente y de balsas de acumulación y decantación en zonas regables.

En este sentido, Feragua ha demandado a las administraciones públicas una política decidida para adaptarnos a los potenciales efectos del cambio climático que hablan de una mayor frecuencia de sequías e inundaciones y, en concreto, ha pedido a la CHG la tramitación urgente de las obras previstas en el Plan Hidrológico vigente aprobado en el año 2016. Así, ha solicitado medidas como la construcción de las presas de Cerrada de la Puerta (en Jaén) y de San Calixto (en Córdoba), el proyecto de recrecimiento del embalse de Agrio (en Sevilla) o el estudio para la presa de Velillos (en Granada), entre otros.

Piden que el periodo de contabilización de desembalses sea de año natural para facilitar las decisiones de siembra a los regantes

Asimismo, ha pedido al Organismo de Cuenca que siga apostando por la modernización del regadío, a través de la inversión de fondos públicos (europeos, nacionales y regionales) para zonas regables tan importantes como el sector arrocero, las marismas del Guadalquivir en Sevilla, la zona Rumblar en Jaén, las vegas de Granada y la ampliación del regadío en la zona Genil-Cabra.

Por otra parte, ha solicitado que el periodo de contabilización de desembalses sea de año natural para facilitar las decisiones de siembra a los regantes, ya que conociendo en diciembre el agua disponible para la siguiente campaña, tienen mayor seguridad y pueden adaptar su planificación de cultivo con los recursos existentes. Para Feragua, «es fundamental que se cambie el «chip mental» que tenemos de que la temporada de riego comienza en mayo y finaliza en septiembre, y entender que la temporada abarca todo el año, ya que más del 50% de cultivos implantados, así como la arboleda, demandan recursos en la época de otoño. Por todo ello, la campaña de riego no debe cortarse a 30 de septiembre».

Por último, la asociación ha valorado positivamente que se adelante la tramitación de las solicitudes de riesgos extraordinarios para los regantes, pero siempre que la aprobación de estos riegos esté condicionada a la última decisión tomada por la Comisión de Desembalse. Durante la Comisión de Desembalse se ha aprobado una situación de normalidad hidrológica, lo que garantiza dotaciones normales de agua para la próxima temporada de riego.

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