EFE.- París pretende "que se reconozca la existencia de una infracción penal de atentado contra el medio ambiente en razón de los actos cometidos por el capitán" del barco, indicaron en un comunicado conjunto los Ministerios de Justicia y Economía de Francia.

   Más de 250 municipios costeros franceses se vieron afectados por la marea negra provocada por el vertido del viejo petrolero, de pabellón liberiano, lo que provocó daños valorados en 109,7 millones de euros, precisaron.

   Economía y Justicia pretenden "contestar las conclusiones del Tribunal de A Coruña en términos de responsabilidades civiles", agregaron los dos ministerios.

   El recurso de casación sigue a los presentados por la Fiscalía y el Gobierno españoles, indicaron.

   El Tribunal Superior de Justicia de Galicia exculpó el pasado 13 de noviembre a los dos principales acusados por el hundimiento del barco y solo reconoció un delito de desobediencia del capitán, lo que privó a las víctimas del cobro de indemnizaciones.

   Según el Ejecutivo francés, la marea negra generó 109,7 millones de euros de desperfectos, de los cuales 67,5 millones de euros para el Estado para luchar contra la polución.

   La sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Galicia fue muy mal acogida en la región de Bretaña, cuyas costas fueron las más afectadas por la marea negra del "Prestige".

   El sindicato de protección del litoral bretón Vigipol calificó la sentencia de "escandalosa", "preocupante" e "incomprensible", tras conocer que no habría responsabilidad civil y que el único condenado sería el capitán del barco, Apostolos Mangouras, por un delito de desobediencia grave.

   La marea negra del "Prestige" provocó un gran revuelo en Francia, cuyas costas se habían visto afectadas tres años antes por el "chapapote" procedente del hundimiento del "Erika", por el que la petrolera Total fue condenada a una multa récord.

   Diversos informes oficiales franceses concluyeron que la marea negra provocada por el "Prestige" fue mayor por la decisión de las autoridades españolas del momento de ordenar que el barco fuera alejado de la costa.

   El entonces ministro de Transportes galo, Dominique Busserreau, "lamentó" aquella decisión, mientras que la Oficina de Investigación de Accidentes (BEA-mer) la cuestionó en su informe sobre la tragedia ecológica.

   El "Prestige" se partió en dos el 19 de noviembre de 2002 en el océano Atlántico y fue llevado por su tripulación por orden de las autoridades españolas tras haber sufrido una vía de agua cuando navegaba frente a las costas gallegas.

   Buena parte de las 77.000 toneladas de fuel que transportaba se escaparon de sus bodegas provocando una marea negra que afectó a unos 1.700 kilómetros de litoral entre Portugal y Francia.

   Tras años de instrucción, la justicia española sentó en el banquillo al capitán del barco, al jefe de máquinas Nikolaos Argyropoulos y al entonces director general de la Marina Mercante José Luis López Sors, absueltos todos ellos del delito contra el medio ambiente.

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