EFE.- "El riesgo de contaminación masiva a priori se ha descartado", señaló Cuvillier, en declaraciones a la prensa en la playa de Anglet, a unos cientos de metros de las dos partes en las que se partió el navío.

El ministro explicó que de las 80 toneladas de combustible que llevaba el barco para su propia propulsión, entre 60 y 70 se encuentran en la parte delantera, varada en la playa, y por tanto en situación "estable".

El resto, entre 10 y 20 toneladas, se sitúan en la mitad trasera, encallada en el espigón del puerto de Bayona donde se fracturó, y sometida al fuerte oleaje, aunque esta tarde no se constataba allí tampoco ningún vertido.

Con carácter preventivo, la Prefectura Marítima del Atlántico había activado desde esta mañana el plan Polmar para hacer frente a una eventual contaminación y había enviado expertos desde su centro en Brest para evaluar la situación y preparar estrategias para, en caso de vertido importante, circunscribir su alcance.

El ministro francés rindió homenaje a los servicios de rescate que evacuaron en helicóptero a los once miembros de la tripulación y al práctico del puerto de Bayona, e hizo hincapié en que "no hay que lamentar ninguna víctima" pese a que la operación se tuvo que hacer "en unas condiciones dantescas, deplorables", con fuertes vientos y un gran oleaje.

Los marineros, uno de los cuales resultó ligeramente herido en la cara, fueron trasladados en helicóptero a una pista de patinaje de Anglet.

Cuvillier recordó que el origen del siniestro fue una avería eléctrica en el carguero de la empresa vizcaína Naviera Murueta, que había salido ayer vacío del puerto de Pasajes (Guipúzcoa) y se dirigía a Bayona.

Precisó que el "Luno" a causa del fuerte temporal llevaba varias horas esperando frente a la entrada del puerto de Bayona esta mañana cuando el práctico, después de que otro barco consiguiera salir sin problemas, decidió que podía entrar, y fue entonces cuando se declaró la avería.

"Ha sido un incidente técnico lo que ha conducido al accidente", agregó el ministro.

Dijo asimismo que el barco español había sido revisado "recientemente", que no se habían detectado anomalías y que el armador debía examinar su estado actual, bajo la supervisión de la Prefectura Marítima del Atlántico.

Cuvillier avanzó que el BEA, el organismo francés especializado en los accidentes de transporte, y su equivalente español van a llevar a cabo sendas investigaciones sobre el siniestro, y puso el acento en que las autoridades españolas "recibirán una colaboración total si quieren".

El ministro del Medio Ambiente, Philippe Martin, desde París contó a la cadena "BFM TV" que la prioridad en un primer momento es determinar la naturaleza del combustible y "tratar de circunscribir una eventual mancha" de carburante que se produjera ante un vertido.

×