Las investigaciones comenzaron el pasado mes de diciembre, cuando los servicios de salud pública de la Consejería de Sanidad en Ciudad Real alertaron a la Guardia Civil de que habían detectado la entrada de tres partidas de carne de caza en una sala de tratamiento de El Viso del Marqués (Ciudad Real). Los documentos de esa carne presentaban irregularidades y omitían determinada información obligatoria para conocer su trazabilidad, por lo que se estableció su inmovilización y se ordenó su posterior destrucción.

    El Seprona inició una investigación al sospechar que se estaban cometiendo delitos contra la salud pública y de falsedad documental en relación con el tratamiento de la carne de caza y descubrió que el proveedor de la carne inmovilizada era un veterinario residente en Navarra que, junto con otros dos hermanos, había constituido una sociedad dedicada a la comercialización de carne de caza.

    Esta empresa navarra adquiría la carne de caza en las provincias de Navarra, Huesca, Barcelona y Girona, hasta donde desplazaba furgonetas y camiones de pequeño tamaño para poder acceder a los lugares donde se encontraban las piezas abatidas.

    A estas piezas no se les realizaban las inspecciones ‘post-morten’ obligatorias para detectar posibles enfermedades que pudieran afectar a la salud pública, según la misma información.

    Una vez recogida la carne, se trasvasaba a un camión de gran tonelaje en unas condiciones higiénicas y sanitarias "inapropiadas" y se trasladaba hasta la sala de tratamiento correspondiente con documentos falsos, para dar apariencia legal a sus actividades.

    Los responsables de las salas de tratamiento que procesaban la carne de caza para su incorporación a la cadena alimentaria también falseaban, en ocasiones, sus condiciones higiénicas y sanitarias y, en connivencia con responsables de la empresa proveedora, permitían la entrada de carne en malas condiciones para evitar su decomiso por los inspectores de salud pública.

    La operación ‘Delos’ se precipitó cuando la Guardia Civil detectó que se intentaban introducir en la cadena alimentaria varios lotes de carne decomisada que habían sido declarados no aptos para consumo humano y cuyo destino debía ser su destrucción, ya que parte de la carne presentaba signos de putrefacción y otra parte arrojaba resultados positivos en indicadores de enfermedades graves para la salud.

    Después de intervenir el camión que iba a transportar la citada partida de carne en malas condiciones se llevaron a cabo dos registros en sendas instalaciones de una sala de tratamiento, situadas en las localidades toledanas de Santa Cruz de Retamar y Alcolea de Tajo, donde se incautó material informático, documentación y gran cantidad de carne que fue inmovilizada y decomisada.

    La Guardia Civil ha destacado que en esta operación ha resultado fundamental la colaboración de los servicios de la Consejería de Sanidad de Castilla-La Mancha en Ciudad Real.

La Interprofesional del sector pide tranquilidad

    Por su parte,la Asociación Interprofesional de la Carne de Caza de España (ASICCAZA), que representa a la mayoría del sector comercializador y productor, ante las noticias surgidas en diferentes medios de comunicación donde se denuncian una serie de irregularidades en la comercialización de carne de caza quiere hacer público que uno de los principales fines de la Asociación Interprofesional y la de sus socios "es el de promover la calidad de los productos de la carne de caza, asegurando su trazabilidad en todo momento y los controles higiénico-sanitarios que exige la normativa vigente".

    Por eso, la Asociación Interprofesional quiere mostrar todo su apoyo a las Administraciones públicas competentes y las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado para la detección de malas praxis e irregularidades en la comercialización de carne de caza en España.

    No obstante, desde la Interprofesional se quiere lanzar un mensaje "de confianza al consumidor dado que la carne de caza, un producto totalmente natural, ausente de hormonas y con mínimos valores grasos, además es una de las carnes más seguras desde el punto de vista sanitario, pasando hasta dos controles en la cadena de distribución".

    Además, receurdan que las industrias cárnicas españolas son pioneras en Europa "en la modernización de sus instalaciones y cumplen estrictamente con las normativas nacionales y europeas de elaboración y transformación actuando conforme a las más estrictas exigencias de higiene y sanidad".

    Por todo ello los productores y comercializadores de carne de caza de España quieren enfatizar "en la puntualidad del hecho, aunque no por ello minusvaloran la trascendencia y consecuencia del mismo, "luchando desde la Asociación Interprofesional por que no se vuelva a repetir este tipo de prácticas que dañan gravemente la imagen de un sector totalmente profesionalizado".

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