P. ¿Cuál considera que es la clave de futuro del sector?

      R. Queremos que despliegue todo su potencial y alcance sus mayores cuotas de mercado, porque eso significa empleo, crecimiento económico y desarrollo en el medio rural. Lo sentimos como un sector estratégico, con un enorme potencial, que cuida y vertebra el territorio y tiene una grandísima calidad. Queremos mejorar la competitividad, porque si eres competitivo puedes estar bien posicionado en los mercados y conquistar otros y crecer. Por eso, el Gobierno ha puesto el acento en todo lo que sean elementos para mejorarla.

    P. ¿Cuáles serían las principales herramientas para lograrlo?

    R. Por ejemplo, las leyes de la cadena alimentaria, que han significado un antes y un después en el sector y cuyo objetivo es que haya una buena creación de valor a lo largo de la cadena, y que en la situación actual, con el veto ruso, permitirá poner a la Agencia de Información y Control Alimentario (AICA) a vigilar en su plan de controles, de un modo especial al sector de las frutas y hortalizas; o la de integración cooperativa, porque necesitamos dimensión para poder acometer la internacionalización y la innovación; cuestiones que mejoran nuestra competitividad. Alrededor de octubre o noviembre presentaremos el Programa de Innovación, que es otra herramienta importante para un sector cuya internacionalización sigue batiendo sus mejores metas. En el primer semestre ha habido un crecimiento del 5,7%, que se suma al de un 4% de 2013 y al del 9 % de 2012.

    P. Otra cuestión fundamental para el sector es la reforma de la Política Agraria Común (PAC), que entra ahora en su fase de aplicación nacional.

     R. Hemos dedicado mucho tiempo a la PAC, porque de ella depende el 30 % de la renta agraria. Un tiempo que era necesario, justificado y absolutamente bien invertido. Con nuestro trabajo estábamos garantizando rentas hasta 2020. Ha sido mucho tiempo de negociación y, después, de diálogo con los puntos de vista de las Comunidades Autónomas y los sectores. En estos dos años y pico, parte importante de la dedicación del Ministerio ha sido conseguir una buena negociación, sobre la base de unas propuestas de la Comisión tremendamente contrarias a los intereses españoles. A España no le iba bien la tasa plana, hubiera provocado unas pérdidas muy importantes de renta para algunos sectores, trasvases de fondos entre sectores o territorios… Al final, logramos una PAC que permite mantener el potencial productivo en todo el territorio.

     P. ¿Cuál es la siguiente fase normativa para su entrada en vigor?

     R. Tras tener los reglamentos, hicimos un trabajo muy importante de dialogo y consenso con las Comunidades Autónomas. Creo que el acuerdo final es positivo para el conjunto de las autonomías. Ahora queda traducirlo a textos normativos y será, antes de final de año, con 8 reales decretos que incluirán las medidas de aplicación del pago base, el "greening" -requisitos medioambientales-, el desarrollo rural… Cuando esté definido, tendremos que dedicar trabajo y tiempo a divulgar entre los agricultores y ganaderos cómo es esta nueva PAC. Tienen que saber que todo lo que perciban por encima de 229 euros por hectárea se debe a la gestión de este Gobierno de negociar una PAC que dejara las cosas lo más parecidas a como estaban.

    P. ¿Cree que los consumidores son conscientes de la importancia del sector agroalimentario?

     R. En el momento de comprar o de alimentarnos es cuando nos tenemos que acordar que detrás de los alimentos de extraordinaria calidad que tenemos en España está el trabajo de agricultores y ganaderos. A quienes, además, la Unión Europea exige unos requisitos de producción muy elevados en materia medioambiental, de seguridad alimentaria y de calidad.

     P. En el caso concreto del sector vitivinícola, que acaba de crear su Interprofesional nacional, ¿cuándo se decidirá si hay una destilación de crisis?.

     R. Lo primero, debemos felicitarnos por la constitución de la Interprofesional del vino. Somos el principal viñedo del mundo en superficie y estamos entre el segundo y tercer productor mundial. Sin embargo, al sector le faltaba vertebración, organización. En el Ministerio les hemos ayudado, llevándoles al diálogo y a que vean las ventajas de esta integración. Es una decisión estructural del sector y tiene que servir para labrar el futuro conjuntamente y en beneficio de todos. En cuanto a la situación coyuntural de este año, con una producción muy superior a la de otras campañas, en septiembre veremos si el mercado ha absorbido todo el vino producido el año pasado. El Departamento ha trabajado en la redacción del Real Decreto, sigue su trámite, y cuando tengamos los últimos datos de mercado veremos si es necesaria su aplicación.

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