La detención del activista gaditano de Ecologistas en Acción Juan Clavero, que desde la organización se ha calificado desde el principio como un «montaje» ha dado un giro brusco en su investigación se está desentrañando con gran rapidez. En contra de lo argumentado inicialmente por la Guardia Civil, el control en el que se detuvo a Juan Clavero no era rutinario, sino que se dispuso exclusivamente para interceptarlo, según consta en el atestado de la Guardia Civil incluido en las diligencias previas del juzgado. Los tres agentes que interceptaron y detuvieron a Juan Clavero (uno de Ubrique y dos de Prado del Rey) aseguran que el control se montó por una llamada anónima que alertó a la Guardia Civil de que en la furgoneta se trasportaba droga.

Los agentes relatan textualmente: «Que sobre las 15:40 horas del día 26 de agosto de 2017 recibe la central COS de Cádiz una llamada anónima procedente de una cabina telefónica de la localidad de El Bosque en la cual comunica el llamante (no queriéndose identificar), que desde la localidad de Benamahoma (Cádiz) iba a salir una furgoneta blanca cuadrada con letras de matrícula DTT seguramente dirección a la localidad de El Coto de Bornos (Cádiz), población que se encuentra en fiestas patronales, y que posiblemente llevara en su interior sustancias estupefacientes para su posterior venta en dicha población», tras lo cual aseguran que se montó un dispositivo para «interceptar dicho vehículo».

Piden una investigación exhaustiva que aclare si en la detención pudiera existir alguna presunta implicación de alguno de sus agentes

Para Ecologistas en Acción, con este informe «queda claro que alguien metió droga en la furgoneta de Juan Clavero, y deja en evidencia que se había organizado una auténtica emboscada para involucrar al activista ecologista en un turbio asunto de tráfico de estupefacientes».

Asimismo, denuncia que la explicación de los agentes en la detención «no puede ser más inverosímil y chapucera. Inverosímil porque, a la hora de la llamada anónima, Juan Clavero estaba en un bar de Benamahoma con numerosos testigos y sin su furgoneta, ya que había dejado esta en un carril a tres kilómetros de la localidad de El Bosque, punto de inicio de la marcha reivindicativa de las vías pecuarias y caminos públicos. De Benamahoma hasta el Coto de Bornos se va lógicamente por carretera, no por el camino en el que Clavero fue interceptado. Y chapucera porque se podían haber inventado una excusa mejor que sostener que Clavero iba a vender droga a una feria de un pueblo».

Asimismo, se incide en que «está claro que la persona que realizó la llamada estaba coordinada con la que metió la droga en la furgoneta de Juan Clavero. ¿Cómo si no iba a saber lo que había en el interior de su vehículo? Existen también fundadas sospechas de que los agentes que detuvieron a Clavero podrían tener información sobre el recorrido del activista ecologista por un carril forestal que no se aportó en el chivatazo. Existen dudas razonables sobre cómo supieron que volvía a El Bosque por ese carril y a esa hora».

Finalmente, Ecologistas en Acción destaca que la actuación de los agentes de la Guardia Civil que interceptaron y detuvieron a Juan Clavero «tiene muchas sombras que deben aclararse», por lo que exige a la Dirección de la Guardia Civil y del Ministerio del Interior una investigación exhaustiva que aclare si pudiera existir alguna presunta implicación de alguno de sus agentes en esta trama.

(Fotos: La Voz de Cadiz)

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