EFE .- Los activistas asaltaron la estación de la Organización para la Investigación Industrial y Científica de la Mancomunidad de Australia (CSIRO), en Ginninderra, cerca de Camberra, y destruyeron toda la cosecha del trigo transgénico experimental.

El centro dedicaba media hectárea a la producción de trigo modificado genéticamente, en el primer ensayo en el exterior de este tipo de cultivo en Australia donde hasta ahora no ha estado autorizado.

El ataque ocurrió después de que el CSIRO rechazara dar más información sobre las pruebas a las que el centro ha sido autorizado para probar el nuevo trigo con humanos, informó la agencia local AAP.

"La única razón por la que CSIRO ha cultivado este trigo es porque ha sido comprada por compañías extranjeras", dijo una activista de Greenpeace Laura Kelly que exigió que se haga pública la supuesta financiación de las empresas como la multinacional estadounidense Monsanto.

Greenpeace también expresó sus preocupaciones en torno al peligro que representa este trigo para la salud y la posibilidad de que contamine a otros cultivos.

"Los ratones alimentados con cultivos genéticamente modificados muestran reacciones alérgicas y no ganan peso", indicó Kelly.

El organismo de investigación y desarrollo de cereales (GRDC, siglas en inglés) considera que el ataque podría hacer retroceder en un año este proyecto que buscaba mejorar el trigo para combatir la obesidad, la diabetes y el cáncer de intestino.

La Policía de Camberra se limitó a confirmar que está investigando los hechos sin dar más detalles sobre el ataque.

 

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