Greenpeace.-Greenpeace ha remitido información a la Comisión Europea que demuestra que el tratamiento que han recibido –al menos en parte– los residuos peligrosos italianos llegados al vertedero de Nerva (Huleva) no han seguido la legislación vigente y se han vertido sin recibir el tratamiento que Befesa (Abengoa) y la Junta de Andalucía aseguraban que habían recibido, lo que podría constituir un grave incumplimiento de la normativa europea.

El pasado 1 de marzo, Greenpeace cómo varios camiones con residuos italianos entraban en las instalaciones de Befesa en Nerva y depositaban su carga directamente en una zona destinada a elementos no peligrosos, aunque información aportada por la Junta de Andalucía corrobora que esos residuos (bajo la autorización Nº IT13588) estaban en realidad catalogados como peligrosos, por lo que deberían haber recibido un tratamiento físico-químico previo antes de ser llevados al vertedero. Greenpeace y Ecologistas en Acción han observado cómo durante semanas –en las que según la Junta estaban entrando residuos peligrosos– decenas de camiones realizaban la misma operación.

“Insistimos. Si la Junta de Andalucía tiene entre sus planes proteger el medio ambiente y la salud pública, tiene que retirar la autorización a Befesa y llevar a cabo un cierre cautelar de las instalaciones hasta que se determine si este comportamiento es, como parece, el habitual”, ha declarado Sara del Río, responsable de la Campaña de Contaminación de Greenpeace, “otra regañina del consejero a la empresa no parece el método más efectivo de abordar un asunto tan grave”.

El Consejero de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía ha minimizado en reiteradas ocasiones la irregular actitud de la empresa. Y eso que en los últimos meses se ha tenido que enfrentar a varios incidentes, incluso judiciales, relacionados con la empresa en sus instalaciones de Palos de la Frontera y Nerva.

Los residuos italianos provienen de la descontaminación de suelos de una antigua zona industrial en Pioltello-Rodano, cerca de Milán y fueron traídos a Nerva después de que el Gobierno italiano recibiera un ultimátum para que afrontara urgentemente la limpieza del área contaminada, que fue exigida por el Tribunal Europeo de Justicia en 2004. La junta de Andalucía autorizó este traslado bajo el argumento de que Italia carece de suficiente capacidad de tratamiento para este tipo de residuos peligrosos. Sin embargo, podría ser que la única consecuencia de este traslado haya sido cambiar la contaminación de lugar.

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