La FSA indicó que fue el ayuntamiento de Lancashire el que realizó el hallazgo de la carne de equino, que se vendía al público en bolsas de 1 kilo con la etiqueta de ternera cortada en trozos.

    El ayuntamiento de Preston, que está investigando el hallazgo, indicó que someterá la carne a pruebas para detectar si contiene "bute", un analgésico antiinflamatorio que se emplea en equinos y que es potencialmente dañino para los humanos.

    El resto de carne de equino erróneamente etiquetada que todavía no se ha vendido ha sido ya retirada de la venta, agregó la FSA, que ha notificado el descubrimiento a la Comisión Europea y las autoridades húngaras.

     El escándalo de productos cárnicos con ADN de caballo falsamente etiquetados como de ternera, que se ha extendido a varios países europeos, estalló el pasado enero tras hallarse trazos de equino en hamburguesas de cinco cadenas de supermercados con presencia en el Reino Unido e Irlanda.

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