La sustracción de una gran parte del ganado fue supuestamente realizada por un pastor contratado en una explotación, quien, de forma escalonada para no levantar sospechas, iba detrayendo del rebaño las ovejas, para posteriormente venderlas a un precio inferior al de mercado, a otros poseedores de ganado, quienes lo camuflaban entre los de su propiedad.

     En las inspecciones realizadas, todas en los términos municipales de Valle de la Serena y Quintana de la Serena, se halló parte del ganado sustraído.

     Durante la operación se detuvo e imputó a cinco personas, vecinos de las localidades citadas, cuatro como supuestos autores de hurtos en siete explotaciones ganaderas y uno por la compra de las ovejas, suponiendo que conocía su ilícita procedencia, de hecho pagaba precios por debajo de lo estipulado en los mercados.

     Las ovejas sustraídas están siendo devueltas a sus legítimos propietarios, propiedad que queda reseñada en el bolo de identificación con el que el ganado queda marcado. Queda aún pendiente la recuperación de otras ovejas sustraídas, si bien los agentes barajan la hipótesis de que muchas de éstas no se encuentran identificadas, por lo que será difícil su devolución a las víctimas de los hurtos.

      Las acciones desarrolladas por el SEPRONA siempre estuvieron apoyadas por componentes de la Oficina Veterinaria de Zona de Castuera y Servicio de Sanidad Animal de la Junta de Extremadura.

      Derivadas de estas actuaciones se pudieron esclarecer otros delitos contra la salud pública y contra la propiedad industrial cometidos por dos personas, también vecinos de la comarca de La Serena. El primero coincide con el acusado de receptación del hurto de las ovejas y el segundo es un familiar de éste.

Matadero clandestino para elaborar productos cárnicos y quesos


     En esta actuación se localizó un "matadero clandestino", donde a la vez que se sacrificaban los animales sin los registros sanitarios pertinentes, se elaboraban productos cárnicos y quesos también sin autorización.

     Fueron inmovilizados 2.000 kilos de productos, algunos almacenados y otros preparados para la venta, incluso marcados con sellos sanitarios pertenecientes a otras empresas que no habían dado su consentimiento para ello.

     En esta fase de la operación, se contó con el apoyo del Servicio Extremeño de Salud (SES), dado que los veterinarios de este organismo estuvieron presentes en las inspecciones e inmovilización de las carnes y quesos.

     Las diligencias fueron puestas a disposición del Juzgado de Instrucción Número 2 de Castuera, quién continua con la fase de instrucción.

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