Con este sistema de generación eléctrica se ahorrarán 24.500 toneladas al año en emisiones de dióxido de carbono, que son las mismas que emitirían en el mismo periodo 100.000 vehículos y que, para ser eliminadas de la atmósfera, requerirían la plantación de más de 8,5 millones de árboles.

    La planta da trabajo de forma directa a 40 personas, mientras que medio centenar más trabajan en la recogida y traslado de la biomasa que se obtiene de bosques situados a una distancia de entre 50 y 100 kilómetros alrededor de las instalaciones.

    En total está previsto que se quemen 85.000 toneladas de biomasa al año, un sistema de generación eléctrica que se activará durante las horas de menor radiación solar y por la noche, y que confiere a la planta su carácter único, ya que no hay ninguna otra en el mundo que aproveche la infraestructura combinando este sistema con la energía solar.

    En total, cuenta con 2.688 colectores cilíndrico-parabólicos repartidos entre las 96 hectáreas de superficie, unos paneles que se orientan automáticamente y por control informático en función de la radiación solar, calientan aceite hasta 393 grados y lo conducen, a lo largo de 30 kilómetros de tuberías, hasta el bloque térmico en el que el agua se convierte en vapor y activa las turbinas.

    La inauguración oficial estuvo presidida por Artur Mas, la misma autoridad encargada de la colocación de la primera piedra el 19 de marzo de 2011, y le acompañó el presidente de Termosolar Borges, Joan Gummà.

    Mas destacó el "coraje" de los impulsores de la planta y su capacidad visionaria, para entrever en este modelo de negocio grandes posibilidades de desarrollo.

    Gummà, por su parte, destacó el esfuerzo inversor y agradeció el apoyo financiero de las entidades bancarias.

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