Analiza las variaciones de temperatura de forma instantánea y unos algoritmos miden los ‘ratio’ de esa variación térmica y, en caso de que no se ajusten a la normalidad, emiten una alerta.

    De forma paralela se mide el comportamiento del humo, regulado por otro algoritmo, por lo que en caso de que ambos detecten una situación anómala, el operador puede visualizar la zona, localizar el origen del fuego y depurar si se trata, por ejemplo, de una quema controlada o si es preciso avisar a los servicios de emergencia.

    Además, las cámaras son capaces de ver tanto de día como de noche, incluso en las condiciones más adversas de niebla o humo, lo que las convierte en una herramienta muy útil para realizar el seguimiento de incendios que ya se han iniciado.

    Alberto Calvo ha explicado que se trata de un proyecto que se está comenzando a comercializar, ya que el programa piloto ha dado "buenos resultados".

    Este proyecto ha contado con financiación de la Agencia de Innovación, Financiación e Internacionalización Empresarial (ADE) de la Junta de Castilla y León y ya se ha implantado en comunidades autónomas como Extremadura.

    Por su parte, el consejero de Fomento y Medio Ambiente, Antonio Silván, ha destacado el "soplo de aire fresco" que proporciona la empresa Indra al emplear a 440 personas en Castilla y León, la mayoría de ellos en puestos de alta cualificación.

    Su trabajo se centra en el desarrollo de proyectos tecnológicos relacionados con la seguridad, el control, la sanidad, la detección de incendios, la detección de material nuclear y los proyectos vinculados con la localización de personas.

    "La compañía y todos los proyectos tecnológicos no entienden de crisis", ha señalado Silván que ha destacado que el sesenta por ciento de los trabajos que realiza Indra en la Comunidad se exporta a otros países.

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