Ginés Mena / Efeagro

El mercado del aceite de oliva se ha ralentizado, con menos operaciones de compraventa entre almazaras y entidades comercializadoras, a la espera de los datos oficiales de producción de febrero -se harán públicos en breve-, que serán claves para anticipar la evolución de las salidas y precios.

Los agricultores tampoco tienen prisa por vender porque hay poca oferta y el producto se seguirá pagando bien en próximos días.

La pasada semana sólo hubo 45 transacciones frente a las 5.188 de la semana anterior

El Sistema de Información de Precios en Origen (POOLred) recoge entre el 4 y el 10 de marzo solo 45 transacciones por un total de 2.851,08 toneladas de aceite de oliva, frente a las 5.188 de la semana anterior, con un precio medio de 3,74 euros por kilo.

Por categorías, el virgen extra cayó el 1,06%; el virgen el -1,41% y el lampante el -2,08%, lo que deja las cotizaciones en 3,81; 3,71 y 3,61 euros por kilo, respectivamente.

En todo caso, los precios se mantienen altos, tanto en origen como en destino, y el consumidor debe pagar entre 4 y 6 euros por un litro del virgen extra estos días si adquiere el producto, como consecuencia de la escasa cosecha en lo que va de campaña en prácticamente todos los países y al buen comportamiento que hasta ahora han tenido las exportaciones, con repuntes constantes.

En Italia, esta categoría cerró febrero por encima de los 6,07 euros en origen; en Grecia a 3,46 y en Túnez a 4,08 euros/kg.

 Existe temor a que haya una primavera seca, que elevaría precios hasta niveles históricos, lo que lastraría las ventas

A las escasas disponibilidades actuales, se suma la preocupación de los agricultores, que temen que las elevadas temperaturas de estos días anticipen una primavera seca que termine lastrando también la producción de la campaña 2017-2018.

Este último escenario elevaría los precios hasta niveles históricos, lo que lastraría las ventas de un aceite «prohibitivo».

Ejercicios como el actual hacen que las organizaciones agrarias, cooperativas y almazaras reabran el debate sobre la vulnerabilidad del sector oleícola que, muy expuesto a la climatología y a los vaivenes de producciones, se enfrenta a ejercicios de gran escasez -que disparan los precios y crean tensiones-, lo que contrasta con otros años de sobreoferta que derrumban las cotizaciones.

El secretario general de la Federación Española de Industriales Fabricantes de Aceite de Oliva (Infaoliva), Enrique Delgado, recuerda a Efeagro que se están abriendo mercados exteriores y a todos esos clientes «no se les puede fallar» y «ya no es una cuestión de precios, sino de suministros, de disponibilidades de materia prima para poder abastecerles con regularidad».

Delgado subraya que «cuesta mucho» abrir nuevos mercados -el sector realiza importantes aportaciones económicos para financiar ambiciosas campañas de promoción de la Interprofesional-, y «no podemos contarles el suministro, estén en Estados Unidos, Japón o China».

Preocupa cómo va  afectar estos vaivenes de producción y comercialización en los mercados exteriores

En muchos casos, a los clientes internacionales no les importa pagar uno o dos euros más por un producto -comenta- pero sí exigen continuidad de aprovisionamiento, por lo que cree necesario reabrir el debate: se necesita un mecanismo de autorregulación en España.

Un sistema que permita al sector, desde los agricultores a los exportadores, guardar aceite en años de sobreproducción para abastecer el mercado en años como éste, de escasa oferta, asegurando al tiempo precios razonables para operadores y clientes finales.

Las «tensiones» y bruscas fluctuaciones no son positivas -argumenta Delgado- ni para productores ni para el ama de casa.

Un mecanismo «bien regulado» no debería chocar con las normas de Competencia -insiste- e incluso podría contar con la representación de Administración y consumidores y recuerda que ya existen programas de retirada para las frutas y hortalizas en la UE, aunque en el caso del aceite, no se destruiría, sino que se almacenaría.

Tal y como reconoce, en momentos como el actual, con precios cercanos a 6 euros por litro en algunas marcas, el consumidor suele desviar la compra hacia otros aceites vegetales más baratos.

Europa respalda un almacenamiento privado del aceite para frenar los precios

En similar sentido, se pronuncia el responsable del sector de Aceite de Oliva de Cooperativas Agro-alimentarias de España, Rafael Sánchez de Puerta, y presidente del Grupo de Diálogo Civil Horticultura, Oliva y Bebidas Espirituosas de la Comisión Europea.

Actualmente, la PAC recoge un mecanismo de «almacenamiento privado», que permite a la UE activar, a petición del Estado y con ayudas públicas, una retirada temporal para el aceite cuando hay crisis de mercado y el precio cae de unos umbrales mínimos.

«La CE nos dice que contamos con este mecanismo. Y también, que el propio sector tiene alternativas para hacer una adecuación de oferta y demanda si quiere -siempre que no altere la disponibilidad de producto en el mercado- pero de manera voluntaria, operador a operador, y no de forma obligatoria -mediante una extensión de norma que obligue a todos-, que es lo que nosotros demandamos», explica.

De Puerta avisa, aunque ahora los precios estén altos por la escasez, vendrán épocas en las que se junten dos años con lluvias que dispare la producción y entonces «volverán las activaciones de almacenamientos privados y se perderá la rentabilidad.

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