Fuentes de Infaoliva a agroinformacion.com han sido muy claras al señalar que esta medida "no va a suponer un coste excesivo para la hostelería y, en cambio, sí va a representar un beneficio enorme para la imagen del aceite, ya que los consumidores sabrán en todo momento qué tipo de aceite están consumiendo, y eso beneficia no sólo al sector y al propio consumidor, sino también a la hostelería".

    Los fabricantes reconocen que esta medida, aprobada por el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, a finales del pasado año representa el final de una "lucha en la que hemos trabajado mucho tiempo para que se ponga en marcha" y asumen que a representar "una revaloración del producto", por lo que confían, "porque así nos lo han dicho", que tanto el Gobierno como las Comunidades Autónomas, que serán las encargadas de velar por su cumplimiento, estén vigilantes para que se aplique la ley.

Ni subida de precios ni trucos para evitar la legislación

    Sobre la controversia de que esta decisión puede representar una subida de precio, desde Infaoliva se insiste en que "los distintos estudios señalan que en una tostada sólo se subirían dos céntimos, lo que no es un coste inasumible para lo que representa de beneficio para el sector". De hecho, recientemente han hecho un desayuno con 60 personas a las que se les dio tres tostadas a cada uno "y sólo se consumió un litro y medio de aceite, lo que puede no llegar ni a los tres euros".

    De igual forma, tiene claro que si se apuesta por echar algún condimento al aceite, como un ajo, orégano o una guindilla, se denunciarán estos casos "porque es una forma de saltarse la ley con total ligereza, porque si realmente supusiera un coste alto para la hostelería se podría entender, pero no lo es y, por eso, esperamos que las autoridades no acepten este tipo de trucos".

    En este sentido, Infaoliva recuerda que el sector "está más que preparado para este cambio y puede ofrecer al sector de la hostelería lo que reclaman, desde botellas de 250, 500cc u un litro hasta monodosis, ya que la elección es del establecimiento, pero siempre dejando claro qué aceite de oliva se está tomando".

La hostelería le ve más problemas que soluciones

     El secretario General de Federación Española de Hostelería (FEHR), Emilio Gallego, insist, por su parte, que supondrá mayores costes de aprovisionamiento, al ser los nuevos recipientes exigidos más costosos, aunque la cuantía dependerá del tipo de formato que se introduzcan en barras y mesas.

   Gallego resalta que los establecimientos cumplirán la ley pero tendrán libertad también para elegir, en su caso, si optan mejor por salsas, aliños y aderezos como condimento para ensaladas y tostadas.

   Recuerda que la normativa es aplicable estrictamente a los aceites de oliva y sus categorías -virgen extra, virgen, refinado y de orujo de oliva-, pero "el resto no están afectados" por la imposición del envase irrellenable: semillas, girasol, maíz…

   En su opinión, la legislación es muy buena para la presencia del aceite de oliva y sus calidades superiores en la hostelería, pero que los empresarios no tienen que sentirse "coartados" a la hora de elegir entre aceite de oliva o aderezos, aliños o salsas.

    El aceite de oliva puede formar parte de estas preparaciones y los restauradores son libres para combinarlo con ajo, orégano, romero o una guindilla, "que cada cual haga lo que considere mejor". Eso sí, pide que se identifique bien el producto para transmitir confianza y seguridad al cliente sobre lo que está consumiendo. A su juicio, "no es una cuestión de picaresca para evitar sobrecostes".

Un riesgo que el sector debe afrontar

   Preguntado sobre si puede haber una caída de la demanda de aceite en restauración por este incremento de costes que apunta, Gallego asegura que las teorías del márketing apuntan que siempre que un producto se hace "más premium" existe el riesgo de que algunos segmentos de demanda "por abajo" se descuelguen del consumo.

   ¿Qué debe ofrecer un local… aceite de oliva de Jaén o de girasol o una mantequilla de los Valles Asturianos?, se pregunta Gallego, quien indica que, en todo caso, los restaurantes "quieren mucho" y se vuelcan con todos los productos tradicionales españoles.

   Otra duda es si los restaurantes optarán desde mañana por un precio individualizado para las monodosis de aceite. "En Londres, pueden cobrarte la salsa tártara", señala Gallego, tras recordar que en muchos países los aperitivos, los aderezos o las salsas pueden tener un sobrecoste, y se pregunta si "podría ocurrir que los productos de aliño ya no estén gratis a discreción en los locales, sino a un precio añadido".

    En su opinión, "a veces las normas en el BOE acaban modificando conductas y mercados", tras criticar la excesiva regulación que afecta a estos negocios en diferentes ámbitos.

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