La organización agraria ASAJA Salamanca ha insistido en que la Administración debería contemplar los daños relativos a los ataques de lobo como el lucro cesante, la falta de productividad de animales o los daños colaterales que se han originado por los cánidos.

En este sentido, y tomando como ejemplo el ataque del pasado 20 de marzo en una explotación de Chagarcía en Horcajo Medianero, se acabó con la vida de un ternero de tres meses. Pero es que, además, la perra que vigilaba el rebaño quedó herida de gravedad por una mordedura y el ganadero Juan Ignacio Sánchez alega que no sobrevivirá.

Así mismo, la persecución que originó el lobo en la explotación causó estrés entre el rebaño de bovino de la raza simmental fleckvieh; lo que provocó que tras la carrera una vaca, que estaba a punto de parir, quedase malherida, no por mordeduras fehacientes, sino por pisoteos y estrés de la intensa carrera, lo que representa un lucro cesante que no se puede compensar ahora mismo.

El ganadero apartó la vaca para cuidarla debidamente y en apenas unas horas después no se pudo hacer nada por la vida del animal. Por este motivo, la organización agraria ASAJA Salamanca solicita que se atienda el resto de repercusiones que originan los cánidos y que suponen pérdidas para los profesionales del campo y no están amparadas ni compensadas, como el lucro cesante.

Desde ASAJA se está mostrando en las últimas semanas una postura muy reivindicativa con el tema del lobo, hasta el punto de que el presidente de ASAJA de Ávila, Joaquín Antonio Pino ha solicitado a la Junta de Castilla y León que se puedan abatir con la mayor celeridad ejemplares de lobo en la comarca Barco-Piedrahíta tras los últimos ataques, en especial por una explotación ganadera de Zapardiel de la Cañada (98 habitantes), que perdió a dos terneras de quince y dos días respectivamente, tras sufrir el sexto ataque en 2018.

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