Según informa la Guardia Civil, las actuaciones realizadas por agentes d+el Servicio de Protección de la Naturaleza de Chiclana de la Frontera (SEPRONA) comenzaron a realizarse los días previos al inicio de la Feria de San Antonio, en donde el año pasado ya se detectaron e inmovilizaron "gran cantidad de carnes y derivados con fecha de caducidad cumplida, y algunas de dudosa procedencia".

    Así este año los agentes han realizado inspecciones en las casetas y puestos de comidas rápidas, y revisado las cocinas, las neveras, arcones y recipientes donde se almacenan los distintos productos alimentarios, para comprobar las condiciones higiénico-sanitarias de los mismos.

    Durante estos controles, los agentes han detectado numerosas deficiencias en materia de seguridad alimentaria, como productos cárnicos mezclados con restos de otros alimentos y en contacto directo con otros objetos, sin protección alguna, y deficiencia de limpieza donde se depositaban.

    Los agentes también han detectado "graves deficiencias" en materia de higiene, sobre todo en uno de los semirremolques que se dedican a la elaboración de comida rápida y en los transportes que abastecían a éstos y al resto de casetas del recinto ferial.

    En el operativo la Guardia Civil ha inspeccionado unas seis toneladas de carnes y derivados y unas dos toneladas de pescados (frescos, congelados, refrigerados, etcétera) y ha retirado de la venta 526 kilogramos de alimentos "que de ser consumidos por los usuarios hubieran derivado en posibles intoxicaciones por la ingesta de los mismos".

    El material incautado fue intervenido, para ponerlo a disposición de las Autoridades sanitarias, quien dictaminara si son aptos o no para el consumo y si procede su destrucción.

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