EFE.- Este fin de semana han sido jornadas de destierro para la Play Station, la Gameboy y demás vídeo juegos, porque a lo que se juega en Añora es a la piola, el garrote, la cucaña, el lanzamiento de adoquín, la carrera de sacos, la sillita o la carretilla, todas ellas pruebas que algunos de los participantes y campeones creían olvidadas, pero que vuelven a tomar las plazas y las calles.

Así son las Olimpiadas Rurales, para las que se han desplazado a esta bella localidad del Valle de Los Pedroches un millar de «atletas» de todos los rincones de España hasta conformar 48 equipos, cuatro más que el año pasado, y uno de ellos, con jóvenes turcos, islandeses, italianos, tunecinos o croatas.

Uno de los componentes de este combo internacional, la italiana Francesca, ha explicado a Efe que en su país se practican juegos similares, como la cucaña y la piola, y que el objetivo de su equipo no es otro que divertirse.

Y diversión sana, aunque también algo etílica, se vio anoche en la inauguración de las olimpiadas, con el tradicional desfile de equipos por las calles del municipio, y con la ceremonia de apertura, elaborada con mimo por los jóvenes de una localidad que pone a disposición de los juegos a un centenar de voluntarios.

Uno de ellos, Hilario Rubio, explica que los voluntarios se distribuyen en grupos, según sea para organizar el evento, atender a los jugadores, y vigilar y gestionar la masificación de público.

Este viernes miles de personas, llegadas de municipios de la comarca, pero también de provincias como Málaga, Sevilla o Madrid, pasaron la noche en Añora, un pequeño municipio que, hace siete años ideó una forma de diversión y de promoción que ha sido imitada por muchas localidades de toda España.

En este sentido, el alcalde de Añora, Bartolomé Madrid, explica que, por muchas «copias» o «falsificaciones» que haya por España, las suyas son las genuinas, un evento que nació con vocación de continuidad, y que este año pretende dar el salto de calidad.

Buena muestra de ello es que ayer más de una treintena de medios de toda España se interesaron por cubrir el evento, y que el tenista Rafa Nadal fue el encargado de mandar el saludo a los participantes durante la apertura, un honor que el año pasado recayó en el futbolista Iker Casillas.

Para el alcalde, las olimpiadas rurales suponen recuperar parte de la tradición popular, y crear un diálogo intergeneracional que una en la misma causa a jóvenes y mayores. La causa, claro está, es divertirse.

Tanto es así, que la máxima de estas olimpiadas, que viene incluso sellada en la inscripción, es «obligatorio divertirse». Y, viendo el hervidero en el que se ha convertido Añora, la diversión está garantizada.

«Este año el éxito está garantizado», apostilla el alcalde, que recuerda que, cuando se planteó la idea de las olimpiadas rurales, nunca se pensó que se podía llegar a tamaño éxito, aunque siempre se tuvo claro que se estaba creando un evento interesante y singular, por el que se ha peleado durante siete años.

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