La tecnológica española BQ quiere extender su actividad a la agricultura de «precisión» y ha empezado a comercializar un sistema de monitorización de cultivos en tiempo real tras haber sido probado con éxito en casi una veintena de terrenos.

Más allá de los propios agricultores, se han interesado ya por este sistema organismos involucrados en temas de investigación como la Universidad Politécnica de Madrid (UPM), ha explicado a Efe Jorge Luis Loza, técnico de BQ en agricultura de precisión y responsable del proyecto Gaia (tierra, en griego),

Se trata de una tecnología que incorpora en los sistemas de riego con brazo rotatorio o «pivot», cuyo uso está muy extendido en la agricultura de precisión, diferentes sensores (de presión, movimiento, temperatura) para alertar en caso de posibles fallos técnicos automáticamente a los agricultores directamente en su móvil.

se ha probado con éxito en 17 terrenos en Castilla-La Mancha, la mayoría en Albacete, y también se ha ensayado para la cría de setas

Sus ventajas son múltiples para el agricultor, tanto su precio, mucho más barato que otros en el mercado por la ausencia de patentes, como su software libre, la facilidad para ser instalado y las posibilidades que ofrece para ser programado por cualquiera para adaptarse a las variables del terreno en donde vaya a utilizarse.

Hasta el momento, se ha probado con éxito en 17 terrenos en Castilla-La Mancha, la mayoría en Albacete, y también se ha ensayado para la cría de setas en al menos tres fincas de cultivo.

Esta tecnología funciona a partir de un dispositivo colocado en la punta del brazo de riego con longitud superior a los 700 metros y que puede verter agua sobre superficies equiparables a casi 60 campos de fútbol.

El dispositivo verifica que el recurso hídrico está circulando correctamente hasta el final de la estructura y confirma la ausencia de roturas o fallos en el sistema de cualquier otro tipo, explica el experto.

Los sensores de presión y temperatura son industriales de uso para exteriores, con material de acero inoxidable para evitar corrosión por temas de agua. Su vida útil puede superar los tres años, aunque dependerá de las condiciones meteorológicas a las que sean sometidos, ha advertido.

El sistema informa al agricultor de la posición exacta del brazo de riego en todo momento, y si funciona correctamente, es decir, sin derramar agua en exceso o insuficientemente, si se ha volcado la estructura, etc.

Dado que los sistemas de riego con «pivot» suelen ser utilizados por la noche para acogerse a tarifas eléctricas nocturnas más baratas, los posibles fallos que pudieran producirse no suelen detectarse hasta la mañana siguiente con la luz del día, y entonces los daños pueden ser ya muy cuantiosos; algo que se evita con esta tecnología, ha explicado su responsable.

Su uso puede extenderse a la ganadería, climatización de granjas de pollos, conejos y se ha probado ya en al menos tres fincas de cultivo de champiñones

El sistema recopila datos del entorno enviados a un servidor en internet para la realización de cálculos supercomplejos y predicciones a partir de numerosas variables, según el experto.

Su uso puede extenderse a la ganadería, climatización de granjas de pollos, conejos e incluso de pistas de pádel. De hecho se ha probado ya en al menos tres fincas de cultivo de champiñones.

Con la Universidad Politécnica de Madrid se quiere trabajar conjuntamente en el uso de esta tecnología para conocer mejor la producción de champiñones.

«Llevamos cuatro años haciendo pruebas con el sistema pero se anuncia ahora porque hemos comprobado que funciona en todos los casos y de forma permanente».

Uno de los principales desafíos ha sido el aislamiento del sistema, expuesto a condiciones meteorológicas adversas a prueba de granizo, temperaturas extremas, etc.

Tanto el código de programación como el «hardware» es público, de modo que cualquiera tiene opción a mejorarlo, ha insistido el experto.

Con ello, el objetivo es «generar un ecosistema o comunidad que se ayude y que incluya no sólo a los técnicos expertos en esta tecnología sino a los propios agricultores para compartir información».

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