Europa ya da por perdida la batalla contra la plaga de la Xylella fastidiosa en Baleares, en gran medida por la tibieza del Gobern a la hora de afrontarla. Hasta el punto de que la CE cree que ni la tala masiva que exige su normativa garantizaría acabar con la devastadora bacteria que afecta a almendros, olivos, acebuches y decenas de árboles, plantas y arbustos del archipiélago. Las primeras conclusiones de la auditoría realizada el pasado mes de junio en las islas por los técnicos de Bruselas dibujan una situación irreversible. Y son un aviso para quienes en tras los casos detectados en la penísula piden prudencia antes de tomar medidas drásticas.

La última actualización del balance que hace la Comisión de la situación de la plaga de la xylella en territorio europeo, que recoge Alexander Cortès en diariodeibiza.es,  incorpora las primeras conclusiones de la auditoría que llevaron a cabo los técnicos comunitarios durante el mes de junio en las islas y que verá integramente la luz en los próximos meses, y son demoledoras para el campo balear. Los auditores sentencian que, por su distribución geográfica, por la enorme variedad de especies a las que afecta en las islas y por la presencia de más de una subespecie de la bacteria, «incluso con la plena aplicación de las disposiciones de la normativa, la erradicación [de la xylella] será muy difícil de lograr».

La bacteria está extendida por toda la geografía balear con decenas de especies afectadas, incluidos almendros, acebuches y olivos

Los auditores de la Comisión avisaron al Govern durante su estancia en las islas que no podría evitar, al menos por ahora, la tala masiva prevista. Con los 351 casos confirmados de la bacteria de la xylella, ahora mismo serían entorno a 1.000 hectáreas de vegetación que deberían talarse y quemarse en las islas, más de la mitad en Mallorca. Con la previsión de la conselleria de Medio Ambiente de que este mes de agosto permitirá ver muchos más casos en almendros –la especie más afectada– y elevar el número de positivos, las hectáreas a arrasar serían inevitablemente más. Y en su balance, la Comisión no habla en condicional, sino en futuro, «será.

La Comisión se muestra consciente que sus drásticas medidas contra la xylella se deberían aplicar sobre muchos más de los casos detectados hasta la fecha. Los técnicos europeos consideran que las prospecciones del Govern «debido a su limitada intensidad y cobertura territorial, no proporcionan una imagen completa sobre la situación del brote».

Bruselas recuerda en su resumen que desde la detección de un centenar de casos a principios de 2017, «las autoridades competentes se concentran en la inspección para determinar el alcance de la propagación de la bacteria, la eliminación de las plantas positivas y en la prohibición de la circulación de las plantas hospedantes».

Mientras sale a la luz el informe completo y se resuelve la petición de Baleares de limitar las medidas a la tala de árboles infectados por la plaga de la xylella, las primeras conclusiones suponen un dramático diagnóstico de la situación de la plaga en las islas. El mes de enero, los técnicos de Sanidad Vegetal del Govern ya informaron de que la bacteria estaba extendida por toda la geografía balear y que había decenas de especies afectadas, entre las que destacan los almendros y acebuches en Mallorca, y los olivos en Eivissa. Mes a mes, se han ido incrementado el número de positivos. Durante el mes de mayo se detectó el primer caso en viña. Ahora, Bruselas va un paso más allá y da por casi imposible acabar con la plaga. Ni en el caso de la tala masiva, garantiza resultados.

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