El primer aviso lo dio este pasado fin de semana el presidente nacional de ASAJA, Pedro Barato, cuando aseguró en Ciudad Real que se está produciendo "una situación anómala" en la Política Agraria Común (PAC), pues si el Parlamento Europeo no la aprueba definitivamente en breve, antes de su disolución, su aplicación podría retrasarse hasta 2016.

    Sin embargo, no especificó que el motivo de esta situación se debe a inesperado anuncio de la Comisión de Agricultura del PE de presentar objeciones a los “actos delegados”, que concretan los detalles técnicos de las decisiones políticas adoptadas por los Ministros y el propio Parlamento Europeo a la nueva PAC 2015-2020.

Incertidumbre por la consecuencias aunque esperanza de que se puede evitar

     Según se reconoce desde ASAJA, es cierto que el papel jugado por el PE en las negociaciones de la Reforma "ha sido positivo y constructivo a la hora de imponer racionalidad en las propuestas de la Comisión. No menos cierto es que la propia Comisión ha debido flexibilizar sus planteamientos y ha dado muestras de mayor tolerancia ante las quejas de los Estados miembros, rebajando sensiblemente sus pretensiones en esta fase de negociaciones derivadas de los actos delegados".

     Por eso, como se señala en el editorial de la revista de esta organización, no se entiende que "a estas alturas de legislatura, a punto de concluir su mandato, un eventual bloqueo del PE implicaría un importante, y posiblemente insuperable, retraso en la aplicación de la PAC en 2015, comprometiendo incluso su puesta en marcha en la fecha prevista, generando inestabilidad y desconcierto entre agricultores y ganaderos que, tras tantos meses de debates e incertidumbres, necesitan un horizonte temporal y una base regulatoria que les permita abordar la planificación de su explotación y la realización de sus inversiones para adaptar su actividad a los nuevos tiempos que se avecinan".

     Por eso, y ante el hecho de que sólo queda realmente un pleno de la Eurocámara pendiente antes de su cierre por las elecciones europeas, que se debe celebrar del 14 al 16 de abril, desde la organización agraria se hace un llamamiento a que "nuestros diputados europeos deberán sopesar los pros y los contras que supondría dicho rechazo. No vaya a ser que todo se quede en dar una patada a la Comisión en el trasero de los agricultores y ganaderos europeos".

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