EFE.- Las exportaciones españolas de carne de cerdo crecieron en volumen un 167,6 % durante el período comprendido entre los años 2000 y 2010, según destaca un informe de la Fundación Cajamar sobre el sector porcino español.

El informe recoge que, en valor, este periodo arrancó con unas exportaciones de 591,3 millones de euros, que han aumentado a un ritmo medio anual del 11,5 %, hasta alcanzar los 1.761,5 millones de euros durante el pasado año.

Subraya que el "buen ritmo" de actividad en los mercados exteriores se debe a que es un sector con un alto grado de profesionalización y un producto que se distingue por su calidad, a lo que se une la necesidad de dar salida al exceso de producción.

Las ventas exteriores están muy concentradas en el mercado comunitario, en torno al 90 %, con Francia, Italia, Portugal, Alemania y Reino Unido, como principales destinos.

No obstante, precisa que en el caso de productos de cerdo ibérico se están abriendo nuevos destinos como Australia, China o Estados Unidos, si bien existen condicionantes, como determinadas barreras comerciales o el desconocimiento de los mercados que, limitan la capacidad exportadora.

Estos datos contrastan con la actual situación del subsector de porcino de capa blanca, que atraviesa un periodo de crisis desde el último trimestre de 2007, debido al encarecimiento de los costes de producción entre 2007 y 2008 por el aumento del precio de la alimentación del ganado, una tendencia que se corrigió en 2009, pero que repuntó a partir del verano de 2010.

Otras de las causas de la crisis del cerdo blanco, según el informe, es el bajo precio que los ganaderos perciben por sus animales, tanto para matadero como para vida, así como el incremento de la producción comunitaria, ya que ha provocado un desajuste entre la oferta y la demanda.

En este sentido, apunta que su rentabilidad se ha visto mermada y ha afectado a las explotaciones de menor dimensión.

El estudio también señala que el subsector del porcino blanco tiende a la configuración de un mercado formado por un grupo reducido de grandes productores que gestionarán el ciclo completo de producción.

En cuanto a la localización de la actividad productiva, resalta que el 50,5 % se concentra en Lleida, Huesca, Zaragoza, Murcia, Barcelona y Segovia.

En el caso del cerdo ibérico, el estudio de la Fundación Cajamar señala que la crisis de este subsector se inició en 2008, debido a una sobreproducción ganadera e industrial y a una caída estacional de las cotizaciones.

A estos factores se ha unido un "declive" de la demanda, que ha provocado el cierre de granjas y que los fabricantes se hayan visto obligados a rebajar el nivel de precios de los productos para dar salida a las existencias.

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