Por esa razón, según Graziano Da Silva, la FAO pretende alentar a los países a llevar a cabo dos objetivos antes del 2015: en primer lugar, promover la plantación de árboles y, en segundo lugar, considerar un objetivo de "deforestación ilegal cero", señaló en una nota.

   Según el director del organismo subsidiario de Naciones Unidas, si se vinculan ambos objetivos y se produce una colaboración entre los estados, las instituciones financieras internacionales, la sociedad civil y la ONU se pueden producir cambios significativos.

   La FAO alertó además de que el cambio climático y el crecimiento demográfico pueden poder en serio peligro a los bosques del mediterráneo, una previsión incluida en el primer informe sobre el Estado de los Bosques del Mediterráneo presentado hoy por el organismo, según reza en una nota.

   Una región muy afectada por los cambios sociales en el último siglo donde la temperatura del mar creció un grado, las precipitaciones disminuyeron un 20 % y, al final de este siglo, se prevé que su temperatura haya ascendido otros dos grados más.

   Una problemática por la que Graziano Da Silva pidió que se abordasen diferentes estrategias para proteger la región mediterránea, uno de los puntos más importantes de biodiversidad del planeta, donde coexisten 25.000 especies de planta frente, por ejemplo, a los cerca de 6.000 del centro y norte de América.

   En este sentido, el organismo internacional propuso a gobiernos y silvicultores promover las especies forestales más capaces de adaptarse a condiciones climáticas cambiantes, mejorar la planificación forestal para gestionar estos ecosistemas con la densidad óptima de árboles, hacer frente a la escasez de agua y hacer frente al riesgo de incendios.

   Durante el 2006 y el 2010, alrededor de dos millones de hectáreas de bosque se vieron afectadas por los incendios en la región mediterránea.

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