EFE.- Es una realidad que el empuje de la feria y su apuesta por la independencia en este sector han triunfado frente al control casi asfixiante que ejercen un puñado de colosos de la distribución de vinos en este país.

Todo esto quedará patente desde hoy y hasta el próximo domingo con un ambicioso programa abierto exclusivamente a profesionales de la industria que incluye catas comentadas, reuniones, seminarios y la presencia de medio millar de bodegas de una veintena de países.

Y es que este año la muestra da un giro radical: De un acto sobre el que gravitaba el bullicio propio de un festival abierto al público se ha pasado a una feria exclusivamente profesional centrada en el sector del vino, que arrancó hoy con múltiples seminarios.

Para el presidente y fundador de la feria, el español David Bernad, cumplir diez años es un motivo de orgullo: "Los comienzos no fueron fáciles y ahora estamos viendo que cada vez hay más interés en conseguir distribución en EE.UU.".

Bernad apuntó a Efe datos muy reveladores, como que EE.UU. desplazó en 2010 a Francia como el mayor consumidor de vino del mundo, tras 17 años de crecimiento ininterrumpido; o que los vinos chilenos y argentinos han incrementado sus ventas de forma espectacular desde 2006 en este país, con avances del 130 % y 124 %, respectivamente.

Así, Chile y Argentina ocupan el tercero y quinto lugar en exportación de vino a EE.UU. en volumen, con 121,6 y 87,7 millones de litros, respectivamente, según el Departamento de Comercio.

Las exportaciones de España a EE.UU. alcanzaron en 2010 los 53,4 millones de litros, un 14 % más que en 2009, lo que sitúa a esa nación en el sexto lugar, un buen dato sobre la industria vinícola española, pero insuficiente si se tiene en cuenta que es el país con más superficie de viña del mundo.

"Estamos notando la crisis de España", resaltó Bernad, y señaló que países como Argentina, Italia (que ha instalado un gran pabellón), Chile y Francia (el mayor expositor en metros cuadrados), además de España, son las naciones con un mayor número de bodegas presentes en el Centro de Convenciones de Miami Beach.

El entusiasmo y la seriedad triunfan en esta cita, cuyo objetivo es más que nunca propiciar que las bodegas que concurren a la feria realicen el mayor número posible de contactos con distribuidores y compradores, tanto nacionales como foráneos, principalmente de Canadá, México y Caribe.

Además, el hecho de que haya aumentado de forma sorprendente el consumo de vino en países latinoamericanos como México, Brasil, Colombia y hasta el Caribe, hace plantearse a Bernad la posibilidad de convertir la muestra en una "Feria de las Américas".

"Hace diez años lo veía imposible, pero ahora sí veo interesante poner énfasis en posicionar la feria como una cita panregional", afirmó.

Entre las novedades de esta edición figura la sección "The Florida Room", un espacio muy cuidado que ocupa unos mil metros cuadrados, y dedicado exclusivamente a las bodegas y marcas que cuentan con distribución en Florida.

Una plataforma que resulta columna vertebral de la Feria para los más de 3.000 profesionales del sector registrados es la denominada "Programa de compradores", que facilitará las reuniones entre importadores, distribuidores, restaurantes y tiendas especializadas.

Entre los principales seminarios y catas comentadas que se ofrecen hoy y mañana figura "Qué se vende en América", "Exportando vinos a EE.UU.", "Malbec: el secreto detrás del éxito argentino", "Inmersión Barolo" y "Estrellas españolas, de Rioja a Priorato".

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