EFE.- Los datos los han aportado hoy, en rueda de prensa, Ana Oróns, secretaria general de Fearmega, y el gerente del Clúster de la Madera de Galicia, Ricardo González, quienes insistieron en reclamar una ley de montes propia para esta comunidad, porque consideran que la "realidad gallega" es diferente de la del resto de España y porque en esta comunidad hay 600.000 propietarios de monte.

Ana Oróns, que recordó que el sector de la madera representa el 3,5 del PIB gallego, dijo que hace 18 años se creó el Plan Forestal de Galicia con la propuesta de invertir en el monte el uno por ciento del presupuesto de la comunidad que no se cumplió, de ahí que insiste en una ley de montes propia porque "nuestra realidad es distinta".

Indicó, además, que tendría que ser consensuada con propietarios e industrias. "Debería ser -agregó- una ley con vocación de futuro, aplicable y permanente, no alterable dependiendo del gobierno que esté".

Ricardo González y Ana Oróns manifestaron que los efectos de la crisis se están mostrando más duraderos en la industria gallega de la madera debido a los problemas estructurales que arrastra el sector, con lo que creen que se está produciendo "una lenta pero sostenida descapitalización de esta industria en Galicia".

Oróns denunció, entre otros factores, la escasez en cantidad y en calidad de los recursos forestales, junto con una política forestal que incentive la inversión el monte y el escaso compromiso de las instituciones públicas por promover un mayor uso de la madera en el sector de la construcción y en la rehabilitación de viviendas, entre otros.

En el año 2010, los propietarios de montes particulares y las comunidades de montes vendieron 33.000 lotes de madera y las cortas ascendieron a 6,8 millones de metros cúbicos, un 12 por ciento más que en 2009.

En estos datos positivos destaca el buen comportamiento internacional de la pasta de papel, que ha sido el único subsector que ha recuperado un nivel similar de producción al anterior a la crisis, y que se ha visto favorecido, además, por el alza de los precios internacionales de la pasta de papel.

 

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