Según ha indicado, hace unos quince días un veterinario de la Junta de Extremadura, escoltado por un agente de la Guardia Civil, les comunicó que debían paralizar la actividad porque en ese lugar no se garantizaban las condiciones sanitarias que tiene que tener la uva como producto destinado al consumo humano.

     "Queremos conseguir que nadie quite el rebusco porque comen muchísimas familias", ha afirmado Merino, copropietario de un puesto que otros años ha llegado a tener un volumen de entre medio y un millón de kilos de uvas, una vez terminada la campaña de la vendimia.

     En su opinión, la paralización de esta actividad va a ser perjudicial para muchas familias, de nacionalidad rumana y española, que tenían en el "rebusco" un sobresueldo ya que podían obtener dinero cogiendo los racimos de uva que quedan en la viña una vez que se había terminado la cosecha.

La uva recogida sera traslada en camiones para elaborar mosto o vino


     La uva recogida por estos puestos era trasladada en camiones cisterna a bodegas de varios puntos de la provincia, donde se elaboraba mosto o vino a granel, ha explicado Merino.

     En la comarca se calcula que hay una decena de puestos, en localidades como Aceuchal, Fuente del Maestre y Los Santos de Maimona.

     Precisamente, Merino ha acusado a alguno de esos puestos de abrir en horario nocturno para seguir con la actividad de una forma más discreta, recepcionando la uva que recogen algunas personas y que, de lo contrario, "se termina tirando a las cunetas".

     Junto a Merino han estado los responsables de otros puestos como Juan Luis Díaz, que teme que esta decisión también afecte al "rebusco" de aceitunas y de otros productos sin trazabilidad como las setas o los espárragos.

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