Y lo más curioso de esta situación es que las propias organiaciones agrarias lo asumen, pero nada hacen por cambiarlo, salvo criticarlo.

     Como señala Alicia Pérez en www.elnortedecastilla.es , "la nueva PAC no está diseñada para mirar hacia adelante sino que mira por el retrovisor. No favorece la incorporación de jóvenes ni de mujeres y en absoluto hay políticas transversales que favorezcan la igualdad de género", sostiene el secretario general de COAG, Miguel Blanco.

   De esa misma opinión es el el coordinador de la Unión de Campesinos de Castilla y León (UCCL), Jesús Manuel González Palacín, que considera que las políticas orientadas hacia las mujeres son muy mejorables. "La PAC de 2015 podía incentivar a la mujer dándole más ayudas y poniéndoselo más fácil porque queda mucho por hacer", explica antes de añadir que la situación es difícil para las mujeres en general, pero para las que viven en el medio rural todavía más porque es un sector muy masculinizado.

Pocas incorporaciones

   Aún así, en los últimos tres años, cada vez son más mujeres las que quieren incorporarse a la actividad agraria en Castilla y León, una tendencia que espera que se consolide y que la mujer mire al campo como una oportunidad. A nivel europeo, alrededor del 42% de los 26,7 millones de personas que trabajan regularmente en la agricultura son mujeres,mientras que España se sitúa por debajo de la media con un 30% de mujeres del total de trabajadores del campo.

    "La presencia es escasa en comparación con la potencialidad que ofrecen la agricultura y la ganadería. Tenemos un déficit de incorporación de la mujer al campo igual que de jóvenes y eso es grave porque debería haber un espacio obligado en el campo para la mujer", insiste Blanco, quien defiende que las trabajadoras activas en el sector tienen que acceder a la titularidad compartida y por lo tanto, estar dadas de alta en el régimen agrario y generar derechos.

    "La mujer siempre tuvo presencia como trabajadora en la explotación familiar pero ahora son visibles y titulares de explotaciones. Antes era una mano de obra escondida pero ahora en muchos casos son reconocidas", afirma Aurelio González, de UPA, que destaca que en los cursos de incorporación al campo cada vez hay más mujeres.

   Y es que, aunque la mujer juega un papel relevante en la actividad agraria de comunidades como la de Castilla y León, todavía perviven rasgos como la falta de reconocimiento por su vinculación al sector a través de la ayuda en las explotaciones familiares o una posición secundaria en la toma de decisiones.

    Por su parte, Nuria Ruiz, gerente de Asaja Castilla y León, destaca que cada vez es más habitual la incorporación de la mujer al campo y su presencia en el sector como titular de explotaciones o bajo la figura de la titularidad compartida, por lo que cada vez son menos las trabajadoras que figuran únicamente como ayuda familiar. "Poco a poco la mujer accede más al campo y su situación está cada vez más legalizada", sostiene.

    Aun así, considera que las medidas de apoyo a la mujer rural son insuficientes aunque sí se dan casos de discriminación positiva. En este sentido, considera que la PAC tendría que contar con líneas específicas que prioricen a la mujer rural. "Tienen que ser medidas específicas porque todo el apoyo para que pueda incorporarse al medio rural es bienvenido".

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