A diferencia de otras comunidades autónomas, las Islas Baleares no habían abordado hasta ahora la promulgación de una ley que, con un enfoque global, regulara la agricultura y el desarrollo rural, un sector que sufre de primera mano los inconvenientes de la insularidad, que se evidencian en una escasa rentabilidad de las explotaciones agrarias y el consiguiente abandono progresivo de las mismas y, en general, del medio rural.

Dar heramientas al sector e impulso a actividades complementarias

     Algunos de los principales objetivos del texto presentado  en el sector son hacer frente a los problemas de la agricultura balear, fomentar la inversión y el empleo en el sector primario, revalorizar el patrimonio rural y facilitar la gestión activa del territorio y del medio ambiente desde la actividad agraria. El consejero Biel Company ha explicado que se trata de "dar herramientas al sector para que pueda perdurar ya que no hay que olvidar que la agricultura mantiene el 70% del paisaje balear".

    La futura ley regulará nuevas actividades complementarias de diversificación de la actividad agraria como las agroestancias, los agrorefugios, la agrocultura, la agroenergía o todo lo relacionado con el mundo de los equinos. El texto también regula la venta directa de productos agroalimentarios que, según el consejero Company, "no significa permitir comercios en las afueras sino facilitar la venta de productos sin intermediarios, lo que mejorará el precio tanto para el productor como para el consumidor".

    La ley agraria también regula la posibilidad de crear la figura de las reservas y cotos de recursos silvestres como instrumento de mantenimiento y gestión activa de las explotaciones forestales. Para todas estas actividades, según ha explicado el consejero, se "requerirá un compromiso de permanencia en el sector para seguir manteniendo el territorio" y sólo se permitirá en actividades agrarias preferentes.

Impulso al inicio de actividades

    El borrador elaborado por la Conselleria da facilidades para el inicio y desarrollo de la actividad agraria y complementaria, que quedarán reconocidas como uso admitido en el medio rural y no estarán sometidas a declaración de interés general. El titular de Agricultura ha añadido que "de estas facilidades se beneficiarán las agroindustrias que demuestren tener una producción activa y siempre que cuenten con la autorización pertinente de la conselleria".

    Biel Company también ha explicado que "la ley posibilita el cambio de uso de edificaciones existentes para la instalación de agroindustrias de transformación de la producción propia o para realizar actividades complementarias de diversificación agraria, como ocurre en otros países, como Francia".

   Respecto a la insularidad, se exige al Estado y a la Unión Europea el reconocimiento del hecho insular y la necesidad de recompensar sus inconvenientes en el sector. También se regula por ley la obligación del Gobierno de consignar presupuestariamente las dotaciones económicas necesarias para garantizar la cofinanciación de las diferentes líneas de ayuda del sector.

    El fomento de la incorporación de los jóvenes y las mujeres en el sector, el impulso de la producción local y las marcas de calidad, la declaración de zonas catastróficas, la creación de la Estrategia Balear de Mejora del Conocimiento Agrario con el objetivo de mejorar el conocimiento agrario y agroalimentario de las Islas Baleares o la regulación, por primera vez, de la producción, almacenamiento y gestión de estiércol son otros aspectos destacados que recoge el texto presentado en el sector.

   El primer borrador del anteproyecto de la ley agraria de las Islas Baleares contiene 11 títulos y un total de 172 artículos, además de cuatro disposiciones transitorias, seis finales, una derogatoria y un anexo. A partir de hoy, el sector dispondrá de quince días para realizar sus aportaciones y enriquecer el documento, antes de someterlo a información pública. El objetivo del Gobierno es aprobar la ley antes del verano, para su posterior tramitación parlamentaria.

  

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