Y es lógico que las críticas se centren en ellos porque, primero, son los más cercanos y, después, han sido los que más han prometido y menos han acabado ‘dando’, porque el margen de actuación ha venido marcado por el Magrama y, a última hora, por la propia Comisión Europea.

     Y esto ha provocado que hasta el mismo día 19 haya previsto protestas y movilizaciones por distintos puntos de la geografía nacional reclamando el cambio de última hora…. que todos saben que no van a llegar. Quedan demasiadas dudas sobre la mesa a falta sólo de unos días para su aprobación como para que se den sorpresas inesperadas, en especial porque un solo cambio en una comarca, incluso tras la ampliación a 51 de última hora, puede dejar en evidencia el rechazo al resto que exigen sus propios cambios.

     Por eso, los últimos estertores de enfados y protestas son más un brindis al sol que un medio eficaz para conseguir algo, sin que por eso se deba obviar la parte de razón que puedan tener en exigir estas reclamaciones. Y eso sin olvidar que hay unas elecciones autonómicas a la vuelta de la esquina en la que todos quieren jugar sus cartas para lograr sus propios réditos. Y como muestra de esto, dos botones. En Teruel nadie niega que la provincia vaya a salir perjudicada de la PAC, pero sorprende ver a miembros del PSOE acudir a Bruselas a exigir medidas y regresar asegurando que en la CE no se rechazaría un cambio cuando con quien se reunieron fue con la vicepresidenta de la Comisión de Agricultura…. que es la eurodiputada de este partido Clara Aguilera. En el otro lado, el consejero de Extremadura (del PP) firmó un acuerdo con las OPAs para cambiar la comarca de Don Benito y según la rubricaba señalaba que si no se aceptaba “no pasa nada, porque nadie va a perder dinero”.

     Y, en medio, un amplio abanico de despropósitos, con la consejera de CyL diciendo un día estar preocupada por las ayudas al vacuno de leche y felicitándose al siguiente por las que recibirá el vacuno de cebo; una Andalucía que llora porque pierde fondos del PDR mientras que las OPAs le recriminan que ni siquiera se ha gastado los ya tiene asignados y que se pueden perder. Y Así, en cada CCAA, una historia y la contraria.

     Por eso, las dudas reales del sector se centran ya no tanto en lamentar la falta de consenso, sino  en saber el texto final. En conocer cómo le afectará a cada economía particular el reparto de las ayudas, la definición real de lo que debe ser o no un agricultor activo o si será cierto, como prometen desde el Magrama, que nadie va a salir perdiendo. Hasta entonces, habrá que esperar y matar el tiempo reprochando a las CCAA lo que prometieron y no hicieron.

×