El informe también pone de manifiesto el daño por cultivos. Así, el que presenta un mayor grado de afección es el cereal, seguido por forrajes, alfalfa, vezas y guisantes, y con menos daños,  el girasol.

    Del total de la superficie afectada, sólo el 44 por ciento está amparado por seguros agrarios con cobertura para los daños de fauna. Y eso si se habla de cultivos herbáceos, porque si se hace referencia a los forrajes, el porcentaje baja hasta un escaso  5 por ciento.

La mayoría de los daños no son indemnizables

   Además, la mayor parte de los daños no son indemnizables, ya que existe una franquicia en cada parcela afectada del 20 por ciento, lo que supone que solamente las parcelas con porcentajes superiores tengan derecho a ser compensadas.

    Por lo tanto, de este informe se deduce que más del 85 por ciento de los daños no van a ser indemnizados, bien porque no se han asegurado o porque están dentro de la franquicia del seguro. A ello hay que añadir la existencia de de cultivos que tradicionalmente no se aseguran por desconocimiento del agricultor en el caso de nuevas líneas de aseguramiento o porque no son atractivas para su contratación, como es el caso de los forrajes, la semilla de alfalfa o los cultivos hortícolas, entre otros.

   La valoración económica de las pérdidas por los daños del topillo se elevan, según este informe, a casi 9 millones de euros, destacando los 5,8 millones en herbáceos y los 2,7 millones en forrajeros, mientras que el resto corresponden a la estimación de daños en otros cultivos como girasol, remolacha, patata o maíz.

    De igual forma, la organización destaca que si es grave el panorama que se presenta en Palencia en lo que respecta a las pérdidas económicas, peor es el que se refiere a los daños sanitarios, dado el avance de la tularemia que provoca la plaga de topillos, sobre todo entre agricultores y ganaderos.

   "Estamos ante una situación que nadie quería, que ASAJA PALENCIA ha intentado revertir con las continuas denuncias públicas desde el principio de la campaña y que urge frenar. Nos encontramos en el inicio de una nueva sementera, y el problema de los topillos pone en peligro la próxima campaña agrícola".

    Por ello, conseidera que "es urgente tomar medidas. No basta con que la Junta anuncie que van a permitirse las quemas de rastrojos en octubre. Es preciso que arranque de inmediato el proceso para solicitar las quemas autorizadas, porque de lo contrario perderemos la campaña de siembra de la veza y nos exponemos a perder de igual forma la de herbáceos".

    Por lo tanto ASAJA PALENCIA exige que las soluciones a través de la quema de rastrojos y los tratamientos efectivos se lleven a cabo  de forma sencilla y eficaz, y se acometan de forma inmediata para no comprometer el futuro de la próxima cosecha y evitar repetir los errores de la pasada campaña.

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