EFE.- Considerado el producto «más democrático» de Honduras, porque a su producción se dedican unas 110.000 familias, el café es desde hace varios años el primer producto de exportación del país, pero la roya ha mermado las cosechas y los ingresos económicos.

«Yo tenía nueve hectáreas cultivadas, pero perdí cuatro, sólo me quedaron cinco por la roya. Nos habían dicho que iban a dar un préstamo para que los que habíamos perdido pudiéramos hacer fincas nuevas, pero no hubo nada de eso», dijo a Acan-Efe Miguel Ángel Vidal, un productor de la aldea El Modelo, en Copán, occidente.

Vidal, de 72 años, relató que desde niño se dedica a la actividad porque se lo inculcó su padre, que también fue productor de café, y que cuando acudió a un banco en busca de un préstamo para restaurar su finca, le negaron el crédito.

«Ha sido amargo, a lo mejor me lo negaron por mi edad, pero a muchos les dieron préstamo», indicó Vidal, quien consiguió dinero prestado «por otro medio» y ahora se siente satisfecho en parte porque ha sembrado de nuevo dos hectáreas y media de las que perdió.

Casos como el de Vidal son comunes en Honduras, donde el café se produce en casi todo el país, principalmente en las regiones altas, donde hay pequeños productores que, por la excelente calidad de su producto orgánico, han recibido reconocimiento internacional.

Otro productor, Mario Melara, dijo a Acan-Efe que «la mayoría del café de la variedad caturra se ha perdido» y que «el efecto es la gran pobreza que hay, la roya no deja otra cosa que sólo calamidad».

El organismo humanitario Oxfam ha advertido que los problemas que está causando la roya en los cafetales de Honduras está poniendo en peligro la seguridad alimentaria de muchas familias afectadas, principalmente las que han perdido totalmente sus pequeñas fincas.

Un representante del Organismo Cristiano de Desarrollo Integral de Honduras, Olvin Santos, indicó a Acan-Efe en San Nicolás, departamento occidental de Copán, que algunos problemas en la zona son la pérdida de la cosecha, el bajo precio del producto y la falta de conocimiento de la enfermedad entre algunos productores.

«La mayor parte de ellos trabajan con agricultura química, pero en nuestras visitas personales al productor le explicamos cómo es el problema de la roya, cómo se desarrolla el hongo, cómo afecta a la planta y qué medios pueden hacer ellos para contrarrestar la enfermedad», añadió.

El organismo con el que trabaja Santos atiende alrededor de quince comunidades que son visitadas una vez por semana, lo que contrasta con otras instituciones públicas y privadas ligadas al sector café que no llegan por la zona, o lo hacen quizá una vez al año, según relatos de varios productores.

El alcalde de San Nicolás, Ángel Antonio Contreras, señaló a Acan-Efe que en la jurisdicción de su municipio la roya ha afectado casi el 80 % de la producción de café, dependiendo de la variedad.

«Se está trabajando por otras variedades de café más resistentes, aparte de eso ha habido muy poco apoyo por parte de las entidades gubernamentales y de otras fuentes para poder apoyar el café y a las familias que viven de este producto», agregó.

La situación para San Nicolás, que con sus caseríos y aldeas distribuidos en unos 73,3 kilómetros cuadrados suman unos 7.000 habitantes, no es fácil porque «el café es el patrimonio más activo» de la zona, expresó Contreras, quien también es productor del grano.

Entre sus limitaciones, la alcaldía de San Nicolás asiste a las comunidades productoras de café con la reparación y apertura de carreteras y caminos de acceso, lo que pudo constatar Acan-Efe.

El exregidor (concejal) de la alcaldía de San Nicolás Marco Tulio Aguilar, también productor de café, lamentó que los estragos de la roya hayan afectado las fincas, con el agravante de un desempleo que arrastra a la mayoría de las familias que se dedican a la actividad.

«La roya ha afectado a las familias (…), los productores en la zona generamos bastante empleo, por lo menos tres o cuatro meses en el año», acotó.

Sobre la queja de muchos productores por la falta de asistencia técnica y económica para mejorar sus fincas, el gerente del Instituto Hondureño del Café (Ihcafé), Marlon Mejía, en el municipio de La Entrada, Copán, admitió que la cobertura del ente no llega a todos por diversas limitaciones y otros factores.

Añadió que es necesario fortalecer más el crédito, establecer programas pilotos, que el Incafé cuente con más técnicos; ayudas, no regalos a los productores porque ellos muchas veces no piden nada, sino que les apoyen para hacer producir sus fincas.

Según el Ihcafé, el año cosecha 2012-2013 le dejó a Honduras unos 800 millones de dólares, mientras que el 2013-2014 podría aumentar a 1.000 millones de dólares.

Recuperar sus fincas de la roya, elevar su producción, volver a generar empleos y mejorar su economía familiar y la del país, es el reto los productores hondureños de café, que además han hecho del aromático una cultura de vida.

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