EFE.- De acuerdo con el Ministerio de Agricultura de Brasil, para este año está prevista una «disminución importante» de la cosecha debido a las malas condiciones climatológicas experimentadas en los últimos meses.

«Tuvimos un verano atípico en Brasil, un verano muy seco en el sudeste, que es la región que más produce café en el país. Fue una conjugación de factores diversos: alta temperatura, baja humedad, poca lluvia (…)», explicó a Efe el director del departamento de Café del Ministerio de Agricultura, Joao Zeferino.

A la caída de la producción también contribuirá el brote de una plaga del parásito broca del café (Hypothenemus hampei) en el estado de Minas Gerais, la principal región cafetera del país, así como la reducción del área de cafetales en todo el país.

Según cálculos del Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE), dicha superficie se redujo un 2,9 % en 2013 debido a que los productores hicieron grandes podas y arrancaron plantas productivas debido a las bajas cotizaciones de los últimos años.

De acuerdo con Zeferino, las previsiones iniciales indicaban para este año una cosecha de 60 millones de sacas (de 60 kilos cada una), mientras que las nuevas proyecciones apuntan a que ésta no pasará de las 47 millones.

«La crisis es seria», apuntó.

La Organización Internacional del Café (OIC), con sede en Londres, alertó recientemente de que la caída de la producción de grano en Brasil, forzada por la sequía «sin precedentes», llevará al mercado del café a afrontar un déficit global «de al menos dos millones de sacas» en el ejercicio 2014-2015.

La previsión en el descenso de la producción contrasta con el aumento anual de la demanda del producto, lo que ha llevado a una escalda del 24,4 % del precio de café en febrero respecto al mes anterior, el mayor incremento mensual desde mayo de 1997.

Según Zaferino, a pesar de la reducción de la cosecha del grano, el aumento del precio puede ayudar a los productores brasileños a recuperar sus rentas, lastradas en los últimos meses debido al incremento de los costes y a la disminución de la cotización internacional del producto.

«El costo de la producción subió, los fertilizantes subieron, también la mano de obra… Todo subió, pero el producto (café) se desvalorizó mucho», destacó.

Los precios diarios subieron en torno al 50 % entre el 30 de enero y el 10 de marzo, según la OIC, que explicó que los incrementos de las últimas semanas, sobre todo del café de tipo «arábigo», se deben a los temores por el efecto que tendrá en el suministro mundial la sequía en Brasil.

Cerca de 1.900 municipios brasileños y 10 millones de familias se dedican directamente a la producción de café en el país, según el Ministerio de Agricultura, que precisó que el «gran peso» de Brasil afecta en la cosecha mundial.

Para frenar la crisis que atraviesa el sector, incluso antes de la sequía, el Gobierno puso en ejecución en los últimos meses un programa para comprar café y garantizarle la renta al productor mediante contratos de opciones, y anunció la oferta de una línea de crédito récord de 5.800 millones de reales (unos 2.458 millones de dólares) para los agricultores.

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