El llenado para las pruebas de resistencia de la presa de Castrovido, que el Gobierno construye en la provincia de Burgos, debería iniciarse este próximo invierno, pero la fuerte sequía que sufre el país amenaza con retrasarla, pues el río Arlanza no cuenta con suficiente agua para soportarlo.

El presidente de la Comisión de Seguimiento de las obras de la presa de Castrovido, Dositeo Martín, ha asegurado a Efe que en la cuenca del Arlanza «están preocupados».

Se han llegado a registrar entre 340 y 400 hectómetros cúbicos de agua por el punto de la presa; ahora  los 20 ó 23


En el año «clave» para la infraestructura hidráulica, que lleva diseñada desde los años 80 y con proyecto redactado desde el 2000, «no baja agua por el Arlanza», río del que se nutrirá la presa.

En temporadas pasadas se han llegado a registrar entre 340 y 400 hectómetros cúbicos de agua por el punto de la presa, y ahora como mucho se alcanzarán los 20 ó 23, ha lamentado Martín.

Una cantidad insuficiente para proceder al llenado de pruebas, ya que se trata de un proceso de tres fases con carga y recarga de la presa a fin de comprobar la resistencia de la infraestructura.

En la primera fase se llenaría la presa hasta el 30 por ciento de su capacidad total, 44 hectómetros cúbicos; luego se comprobaría su resistencia con el 70 por ciento de ocupación.

La última fase sería el llenado total de la infraestructura y su puesta en servicio, que estaría prevista para la primavera de 2019, ha apuntado el presidente de la Comisión de Seguimiento.

Sin embargo, este programa está en el aire como consecuencia de la sequía y, como la prioridad es la seguridad, «si hay que retrasar la puesta en marcha de la presa, se retrasa».

Dositeo Martín ha asegurado que las obras de construcción están prácticamente terminadas, así que lo lógico sería iniciar el cierre para el primer llenado en invierno.

La presa de Castrovido busca abastecer de agua a 6.000 hectáreas de regadío en la comarca burgalesa

El «panorama pinta mal», ha insistido el presidente, pues el río trae poca agua y, cuando llueva en otoño, dado lo seco que está el terreno, esa lluvia será absorbida y no llegará a ríos o arroyos.

Martín confía en que el otoño y el invierno vengan especialmente lluviosos y finalmente la comarca del Arlanza pueda ver concluido un proyecto por el que llevan esperando décadas.

La idea de construir una presa en Castrovido nació en los años 80 y el primer proyecto redactado corresponde al año 2000; además, la primera piedra de la infraestructura se colocó en el 2001.

Sin embargo, las obras han sufrido numerosos retrasos tanto por aplazamientos como por modificados del proyecto; también tuvieron que pararse tras el accidente laboral de 2011 en el que fallecieron cuatro operarios de la empresa constructora.

La presa de Castrovido tiene como principales objetivos regular el río Arlanzón, para evitar avenidas, y abastecer de agua a 6.000 hectáreas de regadío en la comarca burgalesa.

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