La comarca de Utiel-Requena ha sufrido graves daños debido a la incidencia de la sequía pero también a la de diversos temporales de granizo y virulentos ataques de marchitez fisiológica que se han cebado con la variedad mayoritaria Bobal. En Alicante, mientras tanto, la merma de cosecha motivada por la sequía se ha concretado en un 35%. Las pérdidas globales causadas por el clima se elevan a 31 millones en el sector vinícola valenciano.

Una bajada de precios que no se entiende ni explica el mercado

     En cuanto al comportamiento del mercado, la situación no resulta halagüeña en absoluto. En el arranque de la temporada, según señala en una nota, "los precios se situaron a niveles ruinosos y, si bien las cotizaciones han remontado un poco en los últimos días, la coyuntura sigue siendo muy adversa, de tal manera que si no se consigue invertir esta tendencia bajista al final de la campaña habrá que sumar otros diez millones en pérdidas a los 32 que ya acumula el sector en estos momentos. Por término medio, los precios pagados al productor se sitúan un 20% por debajo de los registrados el año pasado y son inferiores en un 45% a los de la temporada anterior".

    El presidente de AVA-ASAJA, Cristóbal Aguado, considera que “los ruinosos precios percibidos por los productores no obedecen en modo alguno a las condiciones objetivas de mercado. La producción de vino en España ha descendido ligeramente tras un año récord, mientras que en toda Europa ha caído un 10% en relación al año pasado. ¿Cómo es posible que se pague menos por la uva cuando en la Comunitat Valenciana tenemos una merma del 45% o cuando en España y Europa hay menos? La única explicación plausible es que en el mercado agroalimentario se siguen produciendo prácticas abusivas frente a las que los agricultores se encuentran inermes sin que las administraciones hayan encontrado una manera eficaz de corregir una situación sencillamente inaceptable”.

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